I'm Sorry Friend

Capítulo 10

-Saint-. Mis besos se detienen y alzo la mirada para observarlo. Sus pupilas están dilatas.

-Solo esta noche, Zee-. Suplico, subiendo de nuevo hasta su altura, para atrapar sus labios, una vez más.

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-Estoy muy enamorado, Saint. Es que Zee, es siempre lo que he soñado. Sé que solo llevamos dos meses, pero... han sido los mejores de mi vida. Mentira, desde que lo conocí... ha sido lo mejor que me ha pasado.

-Me alegra escuchar eso. Ahora podremos salir en una cita doble.

- ¿De qué hablas? ¿No me digas que al fin le has dicho que si a Mean?

-Es un buen chico. Además, me ha demostrado que me quiere... y, creo que ha empezado a gustarme. Bueno, un poco... pero por algo se empieza ¿no?

-Oh, Saint, felicidades. Más le vale a Mean que te haga feliz o si no, se las verá conmigo.

-Tú no espantas ni a una mosca.

- ¿Qué has dicho, mocoso? Más vale que empieces a correr. Arrepiéntete, bruja malvada.

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Bajo las escaleras hacia el subterráneo, y sigo corriendo como si alguien me persiguiera. Las pocas personas que aún se encuentran en el lugar, me miran asustados y uno que otro me grita algún improperio, después de haber chocado contra ellos, pero no me detengo. Me subo al primer metro que encuentro, no importa saber a dónde se dirige. Solo quiero alejarme. Me siento tan sucio, tan poca cosa y tontamente pienso que, si me alejo, la sensación desaparecerá.

Por suerte, el vagón está casi vacío. Encuentro un lugar, alejado de las pocas personas esparcidas por el lugar y me dejo caer.

Inevitablemente las lágrimas se deslizan con más ganas por mi mejilla. "¿Qué es lo que he hecho? O mejor dicho ¿Qué demonios estuve a punto de hacer?"

Habíamos llegado hasta su cama, sin darnos cuenta. Zee no dejó de besarme y tampoco es como si quisiera que se detuviera. Su camisa había desaparecido, al igual que la mía. El besaba cada parte de mi cuello, con sus manos aferradas a mi cintura y mis manos no podían quedarse quietas y acariciaban cada pedazo de su piel expuesta hasta su entrepierna, aun cubierta por sus pantalones.

La temperatura de la habitación había aumentado y mi mente se negaba a darse cuenta de la realidad. Los besos de Zee ofuscaban cualquier sentimiento que no fuera lo bien que se sentía sus besos sobre en mi pecho. Mis manos tiraban de su cabello, cada vez que Zee descendía un poco más.

Sentí que no podría detenerme, hasta que mi mirada se topó con la foto del buro. Aquella foto que había apreciado la primera mañana que desperté en casa de Zee. Aquella donde Gulf estaba junto a él, y mi amigo sonreía, tan felizmente.

Entonces sucedió. Como pude, aparte a Zee de mí. El me miro desconcertado cuando me levante rápidamente, sin decir nada. Ante su mirada, busque mi camisa y me la coloque mientras caminaba hasta la puerta principal. Apenas coloqué mis zapatos, salí corriendo, sin mirar atrás. Corrí y corrí lo más rápido que pude, hasta donde me encuentro ahora. 

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Miro mi reloj. Pronto será media noche y el metro dejará de funcionar. No sé dónde ir. Por primera vez me siento perdido y sin nadie en quien confiar. Sé que Gulf me recibiría con los brazos abiertos, a pesar de estar peleados. Pero por supuesto, él no es una opción. Porque ¿Qué le diría, cuando me pregunte la razón? ¿Podría mirarle a los ojos y mentirle? O Tendría el valor de decirle la verdad: