Capítulo 4

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Cada rincón está lleno de recuerdos; momentos inolvidables que pasamos desde el primer momento que pisamos el apartamento. Sé que es estúpido, pero mientras recorro los lugares, por última vez, recuerdo todo con total detalle.

La primera tarde, en "nuestro hogar". Después de que el camión de la mudanza se marchara. Mean y yo estábamos en la que sería nuestra habitación, donde solo yacía un colchón matrimonial, sin base, pegado al enorme ventanal del vacío cuarto. Aun puedo recordar cómo me cargo entre sus brazos para depositarme con el sumo cuidado, como si fuera de cristal.

-Detente, Mean-. Sus besos comenzaron a recorrer mi cuello y sus traviesas manos se deslizaban por debajo de mi playera.

- ¿Qué sucede? Hice algo mal.

-No, es solo que tenemos mucho que desempacar-. Su toque no se detuvo en ningún momento y me era difícil formular mis oraciones-. Ya tendremos tiempo después para...

- ¿Para qué? -. Mis mejillas enrojecieron antes de poder decirlo-. Ow, mi Saint, es tan lindo cuando se sonroja.

-Mean...

-Tendremos tiempo después de desempacar; "una vida por delante" -. Creo que esa fue la mayor mentira de todos. Éramos muy jóvenes y, no sabíamos el significado de la vida en un futuro-.  Ahora quiero hacerte el amor.

Ahora que lo pienso... creo que nuestro amor siempre estuvo lleno de mentiras, promesas sin cumplir. Quizás nuestro amor jamás debió suceder. Parece estúpido arrepentirse ahora. De hecho, lo es.

"No te arrepientas, porque estoy seguro que, en ese entonces, fueron los momentos más hermosos que pudiste pasar. ¿De qué sirve ahora, decir "quizás..."?

Las palabras de Zee hacen eco en mi mente. Aquella platica, una de tantas que tuvimos hace dos semanas, mientras comíamos.

"-Guárdalo como un valioso recuerdo. Cuando te enamores otra vez, habrá más momentos felices, pero... si tampoco funciona, ¿De nuevo pensaras que es un error?

-La última caja está en el camión, Saint-. Avisa mi amigo, asomándose por la puerta del semivacío, departamento-. ¿Seguro que no olvidas nada?

-Eso creo-. Asiento, caminando hasta él. Gulf asiente y se adelanta unos cuantos pasos, mientras cierro la puerta a mis espaldas.

- ¿Qué harás con la llave?

-Se lo dejare a la casera, ya le he enviado un mensaje de texto a Mean.

Suspiro profundamente, antes de dar el primer paso, para alejarme del lugar. Gulf me sonríe, mientras pasaba su brazo por mis hombros, reconfortándome. 

.

.

El camión de mudanza ha dejado mis cosas en la puerta de la que sería mi habitación. Solo he traído lo indispensable, ropa, libros, cd; ningún mueble. Gulf me ha dicho que no era necesario; la habitación estaba equipada con lo necesario; después de todo la usa cuando tiene visitas.

Mi amigo abre la puerta y me invita a pasar.

- ¿Te gusta la habitación? -. Pregunta Gulf, mientras se pasea por ella-. Si quieres podríamos hacer algunos cambios.

El cuarto tiene paredes blancas, el piso es de madera. Justo en medio se encuentra una cama matrimonial con blancas sabanas y 4 almohadas. También hay un buro del lado derecho de la cama; un enorme ropero pegado a la pared, en una de las esquinas y un espejo de cuerpo completo, justo a un lado de este.

-Es perfecta-. Afirmo-. Además, te he dicho que no será por mucho tiempo.

-Quiero que estés cómodo.

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