Uraraka y Bakugou vuelven a la escuela como pareja después del verano y nadie logra entender cómo sucedió aquella relación.
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Ochako estaba caminando tranquilamente hacia la Academia UA, con una sonrisa en su rostro por al fin estar en su segundo año y orgullosa de haber progresado tanto con tales exigencias que tenía su curso.
—¡Uraraka-San! —la voz de Midoriya resuena en sus oídos y esta voltea para ver al peliverde trotar un poco hacia ella.
—Deku-Kun, hola —saluda emocionada.
—Tanto tiempo —se pone junto a ella y siguen caminando.
—Es verdad, siento como si no te viera desde hace años —Izuku había pasado todo el verano fuera de la ciudad en casa de sus abuelos, a quienes no podía ver muy seguido durante el año debido a todas sus obligaciones con la academia y lo lejos que estos vivían.
—Buenos días. ¿Listos para un nuevo año de trabajo duro? —Iida se les une.
—Dalo por hecho —Midoriya sonríe.
—Por supuesto. ¿Cómo estuvo tu verano? —pregunta la castaña.
El más alto comienza a hablar brevemente de su verano mientras sus dos amigos lo escuchaban y pasaron el resto del camino pidiendo detalles a Deku sobre la ciudad donde estuvo.
Por alguna razón parecía que ese verano quería impedirle verse con sus mejores amigos. Iida, Deku y Tsuyu por una u otra razón se la pasaron ocupados o lejos todo el tiempo.
Claro que Uraraka tenía otros amigos, aunque no tan cercanos, por lo que de vez en cuando salía con Momo y Jirou, tal vez con Mina pero principalmente empezó a pasar tiempo con Kirishima de alguna manera y pasar tiempo con el pelirrojo significaba pasar tiempo con Bakugou. ¿Quién diría que saldría tan bien?
Cuando estaban llegando a la academia la chica interrumpió su charla trivial sobre los dormitorios al divisar un poco delante de ellos a Eijirou y Katsuki.
—Oigan, los veo luego en el salón, ¿de acuerdo? —sonríe.
