A veces cuando tienes una larga y agotadora noche sólo hace falta algo de compañía y una buena taza de chocolate caliente para hacerla mejorar.
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Esa noche después de una larga jornada de patrullaje Tamaki se quitó su traje de héroe, se dio un baño caliente y caminó lentamente hasta el piso donde se ubicaban los cuartos de las chicas de su clase.
Tocó la puerta con suavidad y volvió a guardar sus manos en sus bolsillos mientras esperaba a que le abrieran.
—Hola —Nejire dice alegre ni bien abrió. Se toma un momento para observarlo e inmediatamente lo sabe—. ¿Un chocolate caliente? —el peliazul asiente y ella sonríe satisfecha, lo conoce tan bien—. Adelante, vamos —se hace a un lado para que este entre.
Tamaki se adentra en el cuarto y, como de costumbre, se sienta en la alfombra junto a la cama de la chica y frente a una mesita en el centro de la habitación.
La ojilila era toda una fan del chocolate caliente, era una de sus cosas favoritas en el mundo así que tenía todo lo necesario en su cuarto para prepararlo.
Era una costumbre suya y de Tamaki el tomar chocolate caliente juntos en la noche, solos, charlando tranquilamente. Es simple pero muy lindo, es lo suyo.
Nejire ama a su novio, ama el chocolate caliente y ama hablar. Tamaki ama a su novia, ama tomar algo caliente en los días de frío y ama tener la compañía de alguien especial tras una noche problemática patrullando.
La chica comenzó a tararear mientras preparaba la bebida, simplemente siendo feliz como siempre lo era.
Ambos estaban en pijama, era tarde. Tamaki tan sólo vestía una camiseta y un pantalón negro, bastante simple. Nejire en cambio llevaba una camiseta de manga tres cuartos y un short color rosa, algo más detallada que la ropa del contrario.
El Amajiki se preguntaba constantemente como Hadou era capaz de llevar short con el frío de esa noche, incluso si estaban en un lugar cálido. Era extraño el que su cuerpo esté siempre caliente o al menos que el de él sea siempre frío.
—¿Y cómo te fue esta noche con Fat Gum? ¿Todo salió bien con Kirishima-Kun? Era su primera vez yendo con ustedes, ¿verdad? Espero que lo hiciera bien —comienza a hablar la pelilila, con un filtro inexistente, claro está.
—Sí, él..., estuvo bien —sólo dice—. Derrotó a un criminal.
—¿Se encontraron con criminales? Oh, en su primer día, pobrecito —se lamenta—. No, espera, de hecho si lo venció debió ser muy bueno para su confianza. Qué bien por él —sonríe—. ¿Cuál es su nombre de héroe?
