Todoroki conoce a Bakugou en una situación particular e intenta ayudarlo, eso parece ser más que suficiente para llevar a más.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De alguna forma esa noche habían acabado en un bar homosexual.
Según sabían, el grupo de amigos tan sólo había salido a caminar por la ciudad buscando un lugar donde comer, no están muy seguros de cómo acabaron allí.
El lugar en sí no estaba mal, había botanas, una barra de bebidas, buena música, espacio para bailar, era discreto y agradable pero divertido a la vez.
Si se lo preguntabas a alguien como Midoriya, en verdad odiaba las discotecas. Tanta gente junta que no puedes ni caminar, es fácil perder a tus conocidos entre la multitud, empujones, gente demasiado borracha gritando o haciendo alguna cosa sexual por ahí, música sumamente alta al punto de dejarte sordo, baños asquerosos. No entendía por qué a la gente le gustaba tanto ir a esos lugares, esto le agradaba más.
Los demás parecían opinar lo mismo, disfrutando el divertido ambiente algo más calmado del lugar sin darle importancia a que probablemente Uraraka y Midoriya eran la única pareja heterosexual del lugar.
—Esto quiere decir que aquí ninguna chica le coqueteará a Deku-Kun —piensa Ochako.
—Pueden coquetearle chicos —opina Tsuyu.
—Oh, es verdad —deja caer su cabeza sobre el hombro de su amiga.
—También puede haber chicas bisexuales —comenta Todoroki.
—Bueno, pero si están aquí supongo que será para estar con alguna chica, ¿no?
—Tiene sentido —Iida dice, acomodando sus lentes.
—A Tenya-Kun sólo le gustan las chicas así que, ¿qué hay de ustedes? —pregunta Deku, viendo a Todoroki y Tsuyu con una amable sonrisa.
—Umh —la peliverde pone un dedo sobre su mentón—, no quiero salir con nadie de momento —dijo la cual se identifica como queer.
—¿Yo? —el bicolor frunce el ceño—. No lo sé, no me interesa —se encoje de hombros.
—Todoroki-Kun, me gustaría verte en pareja algún día. Has estado soltero desde que te conozco —la castaña se apoya sobre su mano.
—¿Tiene algo de malo? —pregunta, desentendido.
—No es eso, es sólo que mataría porque conocieras a esa persona que siempre te robaría sonrisas y que te haría más feliz —explica, sonriendo.
