Hay un silencio trémulo en la casa...
Y al fondo, un sollozo que dejó la partida.
Me preguntó por qué las cosas pasan como pasan...Y quién determina que sucedan así.Yo no creo en ti, no puedes culparme me has decepcionado varías veces, pero ella si cree en ti y por eso, tienes que estar aquí.
Consolándola.
Tienes que consolarla.
Yo no puedo hacerlo, ni siquiera puedo consolarme a mi misma, pero el mundo -o al menos el mío- se rompe entre las paredes de cada habitación que se ha quedado sola, vacía... que horrible es mirar todo bajo perspectiva.
Pero ella llora y se me rompe el corazón; no puedo hacer nada más que envidiarla por querer sentir tanto, yo no puedo ni pensar.
Sosteniendo el aliento, trato de no hacer ruido mientras me las arreglo para estar frente a ti y aunque no hago esto hace mucho tiempo, me las ingenió para hacerlo y por primera vez en mucho tiempo, le rezo a este cuadro otra vez.
Estarás mejor- quiero decirle, pero no estoy segura de eso. Pero tiene qué estarlo, por qué odio admitirlo pero te tengo un poco de fe....
El pensamiento me saca una sonrisa amarga, porque la incrédula y mentirosa he sido siempre yo. Así que levanto la mirada y te veo mirándome con cierta compasión y yo me encojo de hombros ¿Con quién se supone que de debo hablar ahora?
Si creyera un poco más, ¿Es lo quieres? ¿Si me arrodillo de nuevo? Conseguir lo que quiero, ¿Quién se rendirá primero?