INTENTO DE COQUETEO

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Sonó la alarma del móvil. Las 7 am. Volkov no había pegado ojo en toda la noche, lo cual solo le ponía aún más nervioso por las terribles ojeras que llevaría al trabajo. Se dio una ducha y desayunó algo con desgana. Su estómago le daba vueltas evitando tener apetito pero sabía que si no comía nada podría tener un desvanecimiento en el trabajo y eso en un comisario podría marcar la diferencia entre vivir o morir. Se dirigió al vestidor. De entre sus camisas busco una en concreto. Una camisa de color blanco que tenia unos preciosos girasoles bordados del mismo color en el cuello y puños. Era muy sutil pero aun así el ruso creía que sería algo demasiado llamativo. Pero quería lucir espectacular. Al menos todo lo posible pese a su cara de moribundo. Recordó el consejo que le había dado meses atrás y se colocó yogurt frío bajo los ojos. " A lo que llega uno.." pensó esbozando una sonrisa por lo ridículo que le resultaba esa situación. Minutos después se lo retiró y sorprendentemente aquel truco de belleza funcionaba de maravilla. Su piel tenía mejor aspecto. Se lavó la cara para retirar cualquier rastro y se perfumó camino a la comisaría.

En el trayecto repaso más de 20 veces su discurso. Una y otra vez, cambiando la entonación, el tempo, marcando más o menos su acento.. probó cómo sonaría en ruso. Estaba ya a apenas 50 metros de su trabajo y empezó a sudar. No quería que su camisa se arruinara por lo que encendió el aire acondicionado a tope pese a ser invierno. Llegaría helado pero perfecto.

Bajo del coche con delicadeza. Solo pensar en que su ropa se arrugase le daba pavor. Tampoco quería despeinar su pelo que le había costado casi 15 minutos en peinarlo poniendo cada mechón en su correcto lugar.

Comenzó a lloviznar. Apenas 4 gotas contadas. Aquel armario de dos metros entró en pánico. Todo le salia fatal. Estuvo a punto de darse la vuelta y volver a intentarlo otro día cuando sintió una palmada en la espalda acompañado de un saludo de su amigo Greco que llegaba a procesar a un detenido no sin antes hacerle tomarse un café con él.

Ya dentro de la comisaría no tenía escapatoria. Varios agentes le habían visto ya y no podía hacer nada. Terminó el café y fue a los vestuarios. Necesitaba lavarse los dientes rápidamente. Agradeció que le diese tiempo y después de guardarlo se dirigió a su despacho. Cerró las cortinas y se sentó. Eran las 8.40 am. Faltaban 10 minutos.

Miró su móvil de nuevo. Repaso lo que tenía apuntado como había estado haciendo en repetidas ocasiones aquella noche. Los lugares estaban claros así como las diferentes opciones de cada uno. Dependiendo del tipo de respuesta que obtuviese debería elegir uno antes de que fuese tarde. Eso contando con tener la respuesta afirmativa. Y de repente el mundo se le vino encima. Había dado por hecho que le darían un si. Pero ¿Y si la respuesta era un no? .. Y ahí estaba él, al borde de la hiperventilación. Se sentía ridículo, idiota.. quería huir de ahí así que prendió la radio en busca de una huida. Un código 1 sería perfecto pues podría salir corriendo. Solo escucho la voz de Greco ordenando a la maya. Todo estaba tranquilo

- Gregorio con Vega, Leonidas tu vas con Moussa y el dúo dinámico por excelencia,

Gustabo tu iras con Horacio.

Disculpe Comisario Greco. Pero ayer se me citó a primera hora en el despacho de abajo. No sé el motivo pero no voy a poder empezar el 10.33 con Gustabo por ahora.

No tengo notificación alguna pero supongo que será cosa de Volkov. Tiene permiso para ir.

Al peligris se le heló la sangre. Había olvidado que finalmente le envió la citación a su despacho antes de empezar el servicio. Su plan era diferente. Un encontronazo en vestuarios, al tomar un café.. pero no. Victor Volkov tiene que hacerlo todo como si de burocracia se tratase.. se maldijo a sí mismo.

Disculpe Comisario ¿Quería verme?

Si si. Adelante.. - carraspeó. - Por favor Horacio, siéntese.

El joven le miraba confundido. seguro que estaría esperando la reprimenda oportuna. La situación estaba empezando a sobrepasar pero debía ser valiente por una vez. Como agente era como un león pero en cuanto a relaciones personales tenía la actitud de un indefenso pajarito.

Bien Horacio. Le he llamado a mi despacho .. em.. - No sabía qué más decir. esa coletilla de jefe la dominaba pero ¿Y ahora qué? - si eh... a ver.

¿Se encuentra bien Comisario? Puedo volver más tarde si así lo prefiere.

¡No no! Es solo que he olvidado.. - Repaso en su mente la frase de nuevo. Le parecía estúpida ahora que tenía al joven delante. maldijo de nuevo - Eh..

Si es por algo que haya hecho mal.. no se. Dígamelo y acataré la sanción que corresponda. No necesito que me suavice el golpe - Dijo esto último con un poco de sorna esperando arrancarle una sonrisa

Volkov se rindió. Nada estaba saliendo bien. Su pelo se había arruinado al pasar sus manos nerviosas por él, su camisa tan especial había sido groseramente ignorada y su perfume se diluyó con el ambiente tan rápidamente que ahora temía apestar a sudor.

La razón por la que le he hecho venir es porque quería preguntarle si haría algo esta noche. He mirado algunos sitios y me gustaría saber qué le apetecería hacer si aceptaba..

¿Como? Usted y yo.. ¿Una cita?

Me temo que era mi intención. Pero si tiene planes lo entiendo. No pensé que pudiese tener algo ya

No tengo nada más Volkov. Me encantaría salir con usted. La pena es que me habría gustado que hubiese reservado esa preciosa camisa para esta noche.. ¿O era un burdo intento de coqueteo sabiendo mi gusto por la ropa?

---- FIN--- 


VOLKACIO WEEK AUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora