VOLKACIO WEEK AUS

NO ME DEJES 1RA PARTE

"No me dejes así joder Volkov.

Volveré. Lo prometo."

Eran las 20.15 en Los Santos. El comisario Victor Volkov salía de servicio tras cumplir con su jornada. El día había sido una verdadera basura. Mucho papeleo y poca, poquísima acción.

Rebuscó en su pantalón las llaves de su coche para acercarse a por la cena a su restaurante favorito. Tras pedir la correspondiente comanda de sushi tomó dirección a su apartamento.

Se deshizo de los zapatos dejándolos cuidadosamente en el mueble del zaguán junto a su gabardina.

Se acercó a la cocina y dejó la cena para darse una ducha. Se quitó lentamente la ropa mientras el agua se calentaba. Paso la esponja por su húmedo cuerpo enjabonándose por completo de un gel de ducha con olor a vainilla y miel. Procedió entonces a lavarse el pelo perfumandolo después con esencia de menta.

Llegó a la habitación cubierto por la toalla y la dejó caer para seleccionar su ropa de esta noche. Unos boxer grises junto a un pantalón ajustado negro y una camisa blanca. Se colocó la prenda por dentro del pantalón y se cerró los puños. Un cinturón de cuero con hebilla plateada y unos zapatos a juego.  Se miró al espejo satisfecho y acomodó su cabello.

Salió a la cocina y sirvió la cena justo cuando sonó el timbre. Con parsimonia se acercó a abrir. Frente a él su compañero esa noche. Horacio llegaba también de trabajar. Traía con él una misteriosa mochila.

- Wauh.  Si este es su look de estar por casa, no quiero imaginarme en una boda..

- ¿Acaso no le parece que vaya bien? - dijo con un poco de inseguridad

-No no. Si va usted perfecto. A su lado yo yo parezco un vagabundo..

- Bueno pase y siéntese Horacio

Volkov miraba a aquel hombre. Le parecía que iba espectacular con aquel pantalón granate con efecto cuero y una cadena plateada en la cadera combinados con  una camisa negra por fuera que tenía los tres primeros botones son poner para lucir sus clavículas y parte del tatuaje del pecho.. Las botas de cuero hasta los tobillos le daban un rollo militar y su cresta lucía hoy un poco menos puntiaguda, lo que le favorecía.

- Pero Volkov..¿Ha pedido usted sushi? Definitivamente es usted todo un señor.. A mi me hubiese valido una pizza al horno.. ¿Dónde dejo esto? - Refiriéndose a la mochila

- ¿Qué ha traído ahí?

- Pues.. He traído refrescos por si solo tenias Vodka que ya sabes que me sienta mal, también unas palomitas y un par de películas que creo pueden estar bien.. Aunque seguro que las has visto... Ah! También unas cartas para que me enseñes a jugar al black jack. No quiero perder como siempre..

- En ese caso.  Deje el refresco en la nevera. Para cenar he comprado un frizzante. Tiene muy poquito alcohol, no se preocupe.

- Confiaré en usted. Dudo que busque emborracharme.. - Dijo con sorna y vio como el Comisario se mostró incómodo con aquello.. “Horacio idiota no saques el tema que vamos bien”..Penso

La cena empezó. Volkov estaba cada vez más nervioso ante una situación que no había barajado. Para él la invitación había sido clara. Era una cita. Sospechaba que Horacio no lo entendía así. Más bien parecía haber entendido que sería una reunión informal. Pensamientos que confirmó cuando el joven preguntó cuando llegarían los demás..

- No le sabría decir.. me avisaran - mintió por la vergüenza - ¿Quiere que hagamos tiempo?

- Qué le parece si jugamos al Black Jack, no quiero que me desplume el viejo..

Jugaron cerca de media hora. Horacio empezaba a emocionarse ya que no parecía que nadie más acudiría y la noche con el ruso estaba siendo de lo más divertida. Le notaba suelto como si no le importase que le hubiesen dejado a solas con él. Necesitaba algo de valor asique pidió al ruso una copa. No muy cargada para animarse a hacer lo que tenía previsto.

Jugaron un poco más. Horacio ya iba por su segunda copa La vergüenza se iba poco a poco de su cuerpo para ser sustituida por el valor. Un poco ebrio si, pero se encontraba bien. Lo suficientemente confiado para coger las cartas y preguntar si cambiaban de juego. Exagerando un poco su embriaguez para tener un salvoconducto propuso un poker. La condición era que por cada partida pérdida, se debían quitar una prenda..

- Horacio.. No lo veo.

- ¿Le da miedo tener que perder un calcetín Volkov? Le recuerdo que en una hora he ganado solo dos veces al Black Jack

- Y usted está dispuesto a pagar sus prendas ¿Con qué interés Inspector? - Pese a querer sonar coqueto, el ruso sonó tan seco como de costumbre.. Mordió sus labios enfadado consigo mismo.

“Mierda de ruso sin sangre.. Así no hay quien avance”. Era hora de usar la excusa que había preparado pero no le salía. A él tan solo acudían unas lágrimas y una sensación de derrota. Bajó la cabeza, otra vez la había fastidiado. Sabía que aquel hombre era difícil pero se desesperaba, nada funcionaba con él.

- Pues mira, no lo se.- dijo completamente afligido - Solo quería darle algo de gracia a la noche.. pero de nuevo me he pasado. Lo siento mucho.

Viendo la reacción de Horacio, Volkov se dio cuenta de lo tremendamente torpe que había sido y que era su turno. No podía soportar verle así y más cuando las intenciones de ambos parecían ser las mismas. Carraspeo para llamar la atención de su compañía.

- Pues ya es tarde, he empezado a barajar y ahora tendrá que jugar si no quiere empezar perdiendo.  Recuerde, si pierde, prenda. No hay excusa.

Horacio miró anonadado a aquel hombre que livianamente movía los naipes entre sus manos para repartirlos. Aquel bloque de hielo estaba aceptando jugar un Strip poker con él. Ni en sus más húmedos sueños llegó a pensar en ese momento tan erotico que se le presentaba ante si. El debate en su mente empezó de nuevo. Seguramente perdería bastantes partidas y aunque la desnudez no era un problema tenía que decidir si las prendas simplemente caerían o serían parte de su juego.. “All In ¿no?”