Horacio estaba aún extasiado pero no iba a perder la oportunidad de ser ahora quien mandase. Su fetiche favorito con el ruso era imaginarlo sumiso ante él. Todo un alto cargo a las órdenes de un simple inspector.. Le ponía a cien la idea y quería darse el gusto de vivirlo.
-Muy bien Comisario..- dijo remarcando el puesto de su pareja - Se va a usted a poner como yo le diga.. ah, y esos calzoncillos fuera, no son reglamentarios
-Esta Usted queriendo jugar a un juego muy peligroso Horacio
-Calle o tendré que tomar medidas… Ahora se va Usted a levantar de la cama y se va a quitar esa prenda. Es una orden..
-Como usted ordene.. - Volkov se levantó y se quitó los boxers. - ¿Y ahora?
-Ahora vas a tumbarte en la cama y relajarte. Voy a darte mucha mucha guerra esta noche..
Volkov se recostó en su ya descolocada cama, sobre el desastre de sábanas que habían dejado de su jueguecito anterior. Colocó sus manos tras la nuca y esperó a que el joven empezase su función. Observaba como el de cresta danzaba por su cuarto buscando algo que no sabía que era. Disfrutaba de aquella visión. De aquel cuerpo tonificado decorado con tatuajes y perforaciones, que era sin duda, digno de un museo.
Horacio cogió una botella de aceite corporal que vio sobre la cómoda y se echo una generosa cantidad sobre sus manos frotándolas ligeramente .
-Ahora date la vuelta, quiero darte un masaje inolvidable..
Volkov alzó la ceja en señal de extrañeza pero no dijo nada y se volteó. Horacio se sentó a horcajadas sobre la parte baja de sus glúteos y extendió el aceite poco a poco delineado cada músculo de la piel del comisario. Apretando cada zona castigada por la carga laboral a la que se sometía a diario aquel hombre. Los gruñidos placenteros no tardaron en aparecer. No era lo que Volkov esperaba de una noche de sexo salvaje pero joder, lo que le estaba provocando aquello... Los primeros sonidos fueron tímidos pero según bajaba hacia la parte baja, eran cada vez más intensos.
El de cresta cogió de nuevo el aceite de olor a coco y dejó caer un poco en la parte baja de la espalda del ruso. Cerró la botella de nuevo y se centró ahora en amasar los glúteos de aquel hombre. Al principio la parte externa pero al poco y visto el placer que le provocaba cada acercamiento, se adentraba poco a poco para rozar levemente la entrada del ruso. Aquellas leves caricias hacían sonar gemidos que volvían loco a Horacio. La mezcla entre la untuosidad del aceite y eso dulce olor estaban volviendole loco de deseo.
Horacio se movió un poco haciendo que Volkov separase sus piernas para meterse entre ellas bajando su posición para lograr su objetivo. Agachó la cabeza sin dejar de masajear aquella zona y comenzó a jugar con la lengua en su entrada.
Volkov tenía los ojos en blanco. Jamás había sido objeto de aquellas artes y no podía creer lo placentero que resultaba. Sus experiencias sexuales siempre fueron bastante miserables y monótonas. Siempre pensó que esto no iba con el, que sería incómodo pero aqui estaba temblando de placer. Los escalofríos comenzaron a recorrer su cuerpo gracias a la juguetona lengua del joven.
-Quiero que alces tu cadera, ahora si vas a flipar..
El ruso obedeció al instante.
La lengua había vuelto al trabajo cuando a los pocos segundos una lubricada mano empezó a jugar con su miembro. Lo hacía de un modo tan efectivo que creía que se desmayaría en cualquier momento.
-Ni se le ocurra correrse Comisario. No tiene mi permiso..
-No creo.. Ah. que pueda aguantar mucho.. si sigue así..
-Si quieres correrte será solo cuando te lo permita.. Ahora, me voy a poner tal y como tu estás y me vas a follar. No te preocupes ya he estado preparándome con la mano "libre"
Y es que aquel hombre había estado masajeando su entrada con la otra mano. Primero con leves caricias notando la respuesta instantánea de su cuerpo. Poco después metiendo un dedo y un segundo para abrirse más. Un movimiento de tijeras y un tercer dedo vinieron después. Los movimientos de aquel mano iban a la par de la otra hasta que estuvo listo para recibir al ruso.
-Joder Horacio.. Eres increíble
-Y lo que te queda.. - Dijeron mientras cambiaban de posición.
Volkov comprobó que a Horacio no le doliese su presencia pero estaba claro que con la excitación que ambos tenían no era lugar. Comenzó las embestidas aumentando la intensidad poco a poco. Sin darse cuenta sus uñas se clavaban sobre la piel del de cresta que jadeaba incontrolable con la cabeza apoyada en el colchón. Su espalda se arqueaba cada vez que su próstata era acariciada y sus puños cerrados con tanta fuerza que incluso dolían. Empezó a masturbar su miembro para aumentar el placer. El ritmo de aquellos cuerpos era casi imposible y el ruido que provocaban era una sinfonía de la lujuria en estado puro. Choques de piel, jadeos, gruñidos y latidos del corazón. Todo a vez en armonía. La fuerza, la pasión de ambos terminó en un estallido de placer de los dos exhaustos hombres.
Volkov beso la espada de Horacio en señal de cariño antes de salir y que este se diese la vuelta. Beso ahora sus labios. Y otra vez. Y así durante unos minutos de besos tiernos y risas mientras sus respiraciones volvían a la calma. Mirándose a los ojos y acariciando el pelo ahora húmedo del sudor que se habían provocado el uno al otro.
Ambos se quedaron dormidos acurrucados. Fue la primera noche de muchas que se vendrían.. Anginas incluso más picantes
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VOLKACIO WEEK AUS
FanfictionTan solo la recopilación de los textos que he subido a twitter para una mayor comodidad. Portada de @ServusMikkelsen quien impulsa esta hermosa dinámica.