Capítulo 2

2K 244 36
                                    

Las primeras impresiones son fundamentales para relaciones de cualquier tipo, pero no es solo la única; también, es la actitud, la forma en que interactúa la persona y sus pensamientos. Estos puntos pueden ser considerados los principales para algunas personas; a mí en el personal no es algo tan fácil de juzgar y dar una conclusión. Siempre intento encontrar una chispa que me indique que esa persona no es lo único que muestra a algunos o lo que intenta aparentar. Gracias a eso tengo muy buenos amigos a mi lado.

Bruce Wayne es al primero que dudo si hay algo bueno o hay una chispa. Todas sus acciones son inesperadas para mí. No solo por el golpe que recibí cuando lo conocí; los cambios de bruscos de comportamiento cuando esta solo conmigo o con mis padres.

Mis padres lo comparan con un dulce corderito, un ángel que no haría nada malo, yo más bien lo comparo como un lobo con piel de cordero que solo espera el momento para atacar. Aprendí en esta semana que ese omega no hay que subestimar.

Por más que intento acercarme a él, siempre me contesta cortante o sarcásticamente

Pero no me rendiré. Sé que puedo volver a ese niño en mi amigo y lo lograré.

Con este pensamiento me levante de mi cama para empezar las tareas de este día.

Bajé s desayunar con los señores Wayne y mis padres, pero Bruce no estaba. Me entristeció un poco.

—Tranquilo Clark, mi hijo se desveló leyendo un libro, por lo que es mejor dejarlo descansar o sino tendrá un humor horrible—Dijo el señor Wayne mientras tomaba su café—Por cierto ¿Se están llevando bien?¿No te ha dado problemas?

Demonios, piensa en algo.

—No señor, él es muy bueno conmigo y nos estamos divirtiendo.

—Es bueno escucharlo, a veces suele ser un poco difícil de tratar.

Comí lo más rápido que pude para poder salir. Me siento mal por mentirle, pero no quiero que lleguen a reprender por mi culpa. Mejor me concentro en mis actividades de hoy.

------------------------------------------------------------------------

Dios, leerme casi todo el libro "El psicoanalista" en una noche no fue la mejor idea que tuve. Por más que me haya dormido casi todo el día, me siento cansado.

Baje a desayunar; la señora Kent y mi mamá estaban en la cocina cocinando galletas, por lo que me acerque para poder chantajear a mi madre y poder comer más que los demás.

—Mamá que linda te ves hoy—las dos voltearon a verme—Y usted también tía. Podría pedir...

—No—Mi madre se acercó hasta mí—No debes de comer postre solamente. Además no es hora de comer y tampoco para despertar.

—Pero mamá...

—Ningún pero Bruce, además no creas que no sé tú comportamiento con Clark.

— ¿Cómo es que...?

—No nací ayer, se cómo eres. A tú padre lo podrás engañar, pero a mí no jovencito. Por eso iras a disculparte con él; se encuentra descansando un poco bajo el manzano. Después, tal vez piense en darte o no galletas.

Enojado salí de la cocina, en dirección a ese estúpido manzano para poder disculparme con ese bobo. Sabía que me traería problemas.

Al estar a unos pasos del manzano, lo escuché cantar.

—"Caminos rurales, llevadme a casa

Al lugar al que pertenezco

Virginia Occidental, mamá montaña

Llevadme a casa, caminos rurales

Todas mis memorias reunidas en torno a ella

La señora del minero, extraña para el agua azul

Oscura y polvorienta, pintada en el cielo

Brumoso gusto de la claridad de la luna

Lágrimas en mi ojo

Caminos rurales, llevadme a casa

Al lugar al que pertenezco

Virginia Occidental, mamá montaña

Llevadme a casa, caminos rurales"

No cantaba nada mal.

—Ahora eres todo un granjero Kent. Lo llegué a dudar, pero ahora que te escuchó cantar Country Road, ya no tengo ninguna duda.

—Vamos Bruce, todo el mundo la ha cantado alguna vez en la vida.

—Claro que no. Mis compañeros y amigos de escuela no escuchan ese tipo de música.

—Debe de ser duro convivir con ese tipo de personas—se levantó de su lugar y se acercó a mi tocando mi hombro—Ahora entiendo porque eres así, pero no te preocupes yo te voy a enseñar a divertirte. Para que cuando tengas mi edad sepas disfrutar.

—No voy a ser un anciano como tú.

— ¡Oye, solo tengo 15!

No pude contener la risa y el tampoco. Durante unos minutos no paramos de reír, hasta que nos calmamos.

—Oye Kent...— ¿Por qué es difícil decir lo siento? —yo...—dios, esto es horrible— lo siento.

Vi cómo me miraba con sorpresa.

— ¿Qué?

—Que lamento mi comportamiento contigo.

Se formó una gran sonrisa en su cara y sus ojos brillaban con intensidad. Parecía un sol.

—No importa—se alejó de mi un poco y estiro su mano hacia mí—Solo quiero que seas mi amigo.

Dude un poco, pero estreche su mano.

No tiene nada de malo que sea amigo de este alfa.

Un amor complicado (Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora