Capítulo 3

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Mí amistad con Clark se ha fortalecido con estos tres años, que llevo viniendo todas las vacaciones. Claro que no soporto aún el horrible calor que hace, pero vale sufrir por divertirme con él.

No hay momento en el cual no nos metamos en algún lío o en una aventura. Siempre terminamos siendo regañados por nuestras madres, eso no quita el buen momento.

Me he llegado a encariñar de la familia Kent y ellos conmigo. Mis padres se ven felices de poder visitar a sus amigos. Solo que está vez yo me iré solo, ya que mis padres tienen que atender unos asuntos, pero prometieron venir; intente convencerlos de quedarme con ellos pero se negaron.

—No queremos arruinar tus vacaciones hijo— dijo mi padre ayudándome a meter la maleta en el auto—Disfrútalas mientras eres joven. Nosotros iremos después de acabar unos asuntos.

—No te metas en problemas— habló mi madre dándome un abrazo—Promete que comerás y no te saltas ninguna comida.

—Tranquila mamá, sabes muy bien que Clark no me lo permitiría, parece mi niñero.

Los abrace y me subí al auto. El viaje me resultó muy corto; llegué a la casa de los Kent antes del atardecer. Me recibieron cálidamente.

—Por más que vengas aquí siempre estás pálido—escuche el reclamo de Clark—Deberías salir más.

—Sabes que mi piel es de este tono y no voy a intentarme broncear otra vez—él se empezó a reír y lo golpeé en el hombro—no es divertido. Tuve quemaduras de primer grado y parecía un camarón.

—Jajajajajajajajaja... Dios como olvidar ese día. Te parecías más a una langosta recién cocinada.

Entre bromas y travesuras se fue la primera semana de vacaciones. Por lo que hoy decidimos descansar bajo el manzano y hablar de nuestro futuro.

—Pronto tendré que entrar a una universidad y no sé qué demonios quiero estudiar.

— ¿No tienes ninguna idea?

—Nop— empezó a jugar con el pasto a su alrededor—Pero no importa, dejaré que las cosas fluyan y que el destino lo decida por mí.

Destino. El cual fue creado antes de que yo naciera, por mis padres y abuelos. Yo tendría algún día que encargarme de la compañía y pasar ese deber a mis descendientes. Despiadado destino, que no me dejara elegir por mi cuenta.

—Qué suerte tienes—volteé a verlo—Tú podrás elegir lo que te apasiona, mientras yo estoy ligado a un cargo desde mi nacimiento.

—Bruce—poso su mano en mi hombro—Nadie puede decirte cuál es tu destino, ya que es muy impredecibles y en cualquier minuto puede cambiar. Lo único que nos queda es dejar que todo fluya, para poder observar lo bella y agria que es la vida.

—Deberías ser filósofo o poeta, hay veces que te vuelves tan profundo Kent.

Las horas pasaron y ya era momento de dormir; pero se escucha a alguien tocar la puerta. El señor Kent va a revisar. Veo a Alfred parado.

— Buenas noches señor Kent, lamento la interrupción a tan altas horas— se veía abatido—Tengo que llevarme al amo Bruce devuelta a Gotham.

— ¿Qué sucede Alfred?

—Amo Bruce...sus padres fallecieron en un accidente automovilístico.

Clark tenía razón; el destino es tan impredecible y puede cambiar en cualquier minuto.

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A la mañana sigue no encontré a Bruce en mi casa. Mis padres me informaron del accidente y que tuvo que regresar.

Yo no sabía cómo reacciona.

¿Cómo se encontrará en estos momentos? Debe de sentir miedo, dolor y soledad.

Dos días después del accidente tuvimos que ir a Gotham para él funeral.

Ese día todo estaba despejado, pero el ambiente se sentía fúnebre. Todo el mundo vestido de negro, ningún pájaro cantando.

Al final del funeral, Bruce se acercó a nosotros. Mis padres lo abrazaron hablaron con él. Al final se aproximó a mí. Yo simplemente lo abrace.

—Bruce— su cara muestra que no ha soltado ninguna lágrima—sé que es difícil, pero permítete llorar.

Su mirada era vacía y dura. El azul de sus ojos se notaba más opaco de lo normal.

—No hay tiempo para eso Kent. Solo venía a despedirme y a disculparme por irme sin despedirme.

— ¿Irte?

—Iré a una escuela en Alemania.

—Pero...

—Adiós Kent

Lo vi alejarse de mí. Se notaba tan cansado, cargando con una responsabilidad que todavía no debía llevar, la cual no le permite vivir su duelo.

El destino es a veces demasiado agrio.

Un amor complicado (Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora