Reylo 39

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ADVERTENCIA contenido +18

Caminaba por las concurridas calles de la fría ciudad, ignorando todo a su alrededor pero recordando a aquella hermosa musa de la cual sigue enamorado.

"-Por favor, no te vayas-las lágrimas corrían por sus ojos haciéndolo ver débil-"

Negó con la cabeza llamando la atención de una que otra persona, no quería seguir recordando la última pelea que tuvieron en la que él le rogó porque se quedara con él.

A manera de distracción, entró en aquella cafetería/galería/biblioteca a la que tanto le gusta ir para admirar cada una de las obra de arte y leer algún libro que llame su atención ese día. Pidió su típico café negro y comenzó a recorrer los pasillos del lugar. Todo iba bien estaba logrando distraer su mente hasta que encontró aquel libro azul rey que ella llevaba en manos su último día juntos.

"-No entiendo porqué quieres dejarme-sorbió por la nariz tomándola del rostro-Te amo como no tienes idea, jamás te he hecho daño y nunca lo haría-sollozó-

-Tengo miedo de yo hacerte daño-susurró la chica con ojos cristalinos-

Ben sin resistirlo más besó con anhelo aquellos labios que tanto le gustaban, sus manos que rodeaban con delicadeza el rostro de Rey descendieron a su cuello donde permanecieron el tiempo que el beso duró, mientras que las de Rey tomaban con fuerza los brazos de él.

-Por favor-mantuvieron los ojos cerrados-No te vayas de mi lado, te necesito.

Sus labios volvieron a juntarse y poco a poco el beso de torno de uno tierno y necesitado a uno cada vez más lujurioso. Ben la alzó haciendo que sus piernas rodeen su cintura, sus labios seguían unidos mientras él caminaba al cuarto donde una vez dentro la depositó de manera delicada sobre la cama que suelen compartir por las noches.

Rey se sacó las bragas por debajo del vestido para luego estirar sus manos y ayudarlo a él a desabotonar su pantalón en señal de que se lo quite. Una vez los dos se encontraban semi desnudos, Be comenzó a buscar de manera fallida los condones que siempre se encuentran en su mesa de noche.

-No-lo tomó del rostro-No lo uses, quiero sentirte por completo.

Sin dudarlo más Ben tomó con su mano su pene y lo guió a la entrada de Rey donde lo rozó un poco haciéndola gemir bajo y suplicar por ya tenerlo dentro.

Poco a poco se fue adentrando en la ya explorada por él cueva, una vez estaba completamente dentro los dos gimieron, Rey por sentirse completamente llena y Ben por sentir el cálido y húmedo interior de su chica. Comenzó a mover lentamente sus caderas, chocando su piel con la de ella, el ritmo fue subiendo hasta que se convirtió en uno constante, se gemian al oído de forma baja aumentando con ello la exitación de los dos a tal grado que el vaivén se convirtió en fuertes embestidas con ruidosos gemidos.

Giraron sobre sus cuerpos sin seprarse quedando ahora ella sobre él, las grandes manos de Ben fueron directamente a los pequeños pero formados glúteos, los apretó con ímpetu sabiendo cuanta disfruta Rey que él lo haga. Su pequeño cuerpo subía y bajaba sobre Ben, ahogaba sus gemidos en su ancho hombro, lo mordía y pasaba la lengua dejando un rastro de salíva, él gruñia cada que sentía los dientes apretar la zona pero no le causaba dolor más bien le causaba mayor placer porque sabía que la estaba haciendo disfrutar el momento.

-Be-Ben, ya no aguanto-jadeó-

-Córrete Rey, hazlo para mi-le susurró al oído-

Bastaron un par de estocadas más para que el mayor de los gemidos que él alguna vez escuchó salir de los labios de Rey se dejara oír aquella fría pero caliente noche para ellos y un par más fueron suficientes para que se aferrara al pequeño cuerpo y se dejara ir dentro de ella."

Una traicionera lágrima descendió por su rostro tras recordar la tan reciente noche pero la limpió con frustración y gruñó tan fuerte que llamó la atención de quienes lo rodeaban tras recordar que a la mañana siguiente de ese día ella ya no se encontraba a su lado y como justificante había una nota que decía.

"Yo también te amo y porque te amo no puedo estar contigo, sé que en algún momento te lastimaré y no quiero que eso ocurra, espero y me perdones".

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