Capítulo 12

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Los pasos apresurados de Alexander retumban por el pasillo del segundo piso, el rubio está preocupado, sumamente preocupado. Observa que hay una luz en el despacho de su hermano menor y asume inmediatamente que Charles está ahí, entra, azotando la puerta, pues también se da cuenta que está abierta. 

-¡Lord Xavier!.- El rubio entra y su cara es de confusión al ver como Magnus y Charles, casi al mismo tiempo, se separan unos pasos del otro con las caras enrojecidas. Xavier carraspea un poco y se dirige, con sus manos entrelazadas a su espalda y con su sonrojo bajando de a poco arquea una ceja con su ceño característico de seriedad, al joven. 

-Dime Alex.- Hasta su voz cambia un poco más grave y Magnus, el cual está de brazos cruzado sobre su pecho y con su ceño fruncido, aguanta la risa al ver como el castaño trata de verse lo más serio posible, lo que para el germano, en realidad le resulta adorable. 

Summers anda algo desentendido y confundido por unos segundos, hasta que parpadea varias veces al tratar de alumbrase a sí mismo y recordar él porque estaba buscando a Xavier. Acomoda su postura y al no pensar una forma sutil, decide que lo mejor es solo soltarlo. 

-Jeanne D’ Arc ha sido arrestada.- Dice con tono más neutral y reza porque Xavier tome la compostura. 

No grita, o se altera, pero casi se desmaya. 

Magnus al notar como flaquea sus piernas y su respiración se vuelve errática, lo agarra de su cintura y lo hace sentarse en la silla.

-¿Cuando– Summers le interrumpe – Mañana, al medio día, en medio de la plaza, será quemada en la hoguera.-

Magnus observa al joven en el momento que este dice la forma en la que mataran a la joven y traga en seco, vuelve su vista a los ojos vidriosos de Charles. El Duque de Génova, aprieta una de las manos de su contrario y este le mira, justo cuando una lagrima se escapa y resbala por su mejilla derecha. Este vuelve a mirar a Alex que se ve aún expectante a ayudar de cualquier forma.

-Es todo joven Summers, puede retirarse, yo le haré compañía a Lord Xavier.-  Dijo con una mirada de calma, a lo cual el joven aún extrañado y preocupado asintió y se fue de la sala.

Charles aún mantenía la cabeza baja y cuando Alex se fue, el británico liberó sus manos del agarre de Magnus y tapándose la cara soltó un sollozo que hasta el germano se sorprendió.

Normalmente los ingleses se les inculca que no deben mostrar sus sentimientos ante el público o en la intimidad. Simplemente deben guardárselo.

Magnus al salir de su estupor abraza a Lord Xavier, mientras aún sollozaba, y coloca su barbilla por encima de la cabeza del castaño.

Charles al darse cuenta de su repentina falta de control trata de controlarse y respira hondamente. Al cabo de unos minutos pide silenciosamente, mientras empuja el cuerpo de Magnus, que le dé un momento para separar y limpiarse la cara con las mangas de su bata de seda azul marino.

–Cuanto lo siento –

–No debe disculparse, es algo de humanos.– Dijo el germano de rodillas frente al británico mientras con suavidad le limpiaba la cara con sus pulgares. –De hecho, me preocuparía si no hubieras mostrado sentimiento alguno por la noticia.– Continuó a modo en broma y en parte cierta.

Charles hizo una mueca de sonrisa y eso aplacó un poco la preocupación de Magnus. Lord Xavier veía esos ojos iluminados por las velas, en aquellos matices se podía ver como el verde ganaba terreno sobre el gris y como la bondad y una pizca de cansancio se asomaba por el ojos de su contra parte.

–Debes pensar que soy un traidor por  llorar por su destino.– Dijo con timidez mientras volvía a bajar la mirada con melancolía y esperando un reproche.

La Gota Del Amor (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora