8.-

222 29 2
                                    

–Peter, no.–

–Peter, claro que sí. –

–¡Papi !–

–¡ Charlie !– 

Ambos hombres bajan apresuradamente las escaleras, para encontrarse a los mellizos sentados en la sala, con varios juguetes a su alrededor y también con uno muñeco en sus manos.

–Niños… ¿que sucede?– Pregunta un angustiado Charles, mientras que su esposo se cruza de brazos, pues el sabe que esto es una rabieta de sus hijos.

–Peter no me deja ser la buena.– Dice Wanda con un puchero y los ojos vidrioso, al borde de forma una pataleta del tamaño del país.

–Las brujas son malas –Se excusó el mencionado mientras apretaba celosamente su figura de acción contra su pecho.

–¡Claro que no!.–

–¡Claro que sí!.- 

–¡Que no!–

–¡Que sí!. –

–¡Ya basta!– Grita Erik ganándose la mirada atenta de todos.

–Peter, deja a tu hermana ser lo que ella quiera, no seas inmaduro.– Dice mientras cierra los ojos y aprieta fuertemente el puente de su nariz.

Pero Peter se siente ofendido y ya no quiere jugar, de hecho, deja su figura de acción en el piso y se va corriendo a su cuarto, escaleras arribas.

Erik lo ve y sabe que el ”inmaduro" estuvo demás y lo vuelve a resaltar cuando siente un golpe en la nuca, cortesía de Xavier.

–Pero, ¿que rayos Charles?– Se soba la zona mientras mira confundido a su marido.

–Disculpate con tu hijo, ahora.– Dijo con los brazos cruzados y sus ojos más sombríos que nunca.

Erik sabía que eso significaba peligro, así que fue directo al cuarto de su hijo, cuando abrió ligeramente la puerta se encontró con los sollozos de su hijo, y este mismo, hecho un ovillo con sus sabanas.

–Hey Pet, no llores.– Dijo mientras se sentaba en la orilla de la cama y trataba de acariciar los cabellos de su niño.

–Tu podría ser un gran villano, ¿sabes?.– Continuó diciéndole, pero el pequeño seguía dándole la espalda y se acurrucaba en si mismo.

–No quiero ser villano.– Fue la respuesta del pequeño, con pequeños sollozos de por medio.

A Erik el nudo le iba reventar la garganta, con un poco de lentitud, fue acostándose al lado de Peter y volteo el pequeño bulto. Encontrar con su pequeño de cinco años con los ojos hinchados, y mocos saliendo a flor de piel, le partió el corazón. Tragó duro antes de saber que decir.

–Peter, disculpame. Tú no eres ningún inmaduro y escuchame bien pequeño.– Levantó la cabeza de hijo de forma suave, mientras el pequeño calmaba su propio llanto.

–Eres una buena persona, una de las mejores y mas importantes para mi, no quiero que dejes que cualquier cosa que te diga la gente te haga sentir mal, ¿entendido?– Dijo con su típico toque de severidad. Sin embargo al ver como su hijo se sorbió la nariz y asintió en silencio.

Erik le sonrió y le quitó algunos mechones de su cara.

–Aun así no te puedes comportar de esa forma con tu hermana. Ella también tiene debe tener sus momentos y tú como su hermano mayor— El niño interrumpe– Por doce minutos.

Su padre ríe, pues a su hijo le explota el orgullo al recordar que es el mayor.

–Por doce minutos… Tu debes ayudarla y motivarla, en las buenas y en las malas. En los juegos y en otras cosas. ¿Ok?– El niño vuelve asentir, no muy seguro pues no entiende algunas de las cosas que dijo su padre.

–¿Que te pareces si bajas y tú y Wanda son de héroes y Charles y yo jugamos con ustedes y somos los malos? – Dijo con una sonrisa torcida, incentivando al niño a levantarse.

Peter dio un salto, trepó encima de su padre y cuando ya estaba en el umbral de la puerta, volteo hacia Erik que apenas se había sentado.

–¿Puede ser Charlie el bueno también? – Dijo mientras jugaba con su dedos y la vista baja por la pena.

Erik rió antes de asentir, a lo cual Peter de nueva cuenta se fue chillando emocionado hacia la sala.

Xavier se posó en el umbral de puerta una vez Peter se fue y Erik al verlo suspiró con pesadez.

–Hey, lo hiciste bien.– Dijo mientras se acercaba y posaba una mano en su hombro.

Erik, aún sentado en la cama, lo rodeo con sus brazos y lo atrajo más a él.

–Soy un desastre de padre.– Dijo aún con los ojos cerrados y apoyando su cabeza en el vientre de Charles.

–Nadie dijo que iba a ser fácil. – Dijo con su tono suave y acarició un poco los cabellos de su esposo.

–Pero tu me ayudas, me haces mi vida menos pesada.– Levantó la mirada al fin hacia esos hermosos ojos azules.

Charles sonrió enternecido y se puso de cuclillas enfrente de Erik, mientras que con sus manos atrapaba su cara.

–Siempre, ¿recuerdas?. En las buenas y en las malas.– Finalizó dando un corto beso a sus labios.

Aquella tarde jugaron todos en familia. El profesor X, Quicksilver y Scarlet Witch, contra Magneto.

Cherik and their familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora