Carta 4

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Nunca lo supiste madre, y no quería que lo supieras , es la razón numero cuatro y es una de las mas dolorosas.

Una tarde, cuando padre vivía con nosotros, estábamos en la casa de una de las hermanas de mi padre, todos convivían, había un buen ambiente y todos eramos felices. Pero llego su amigo.

Aquel amigo de mi tía que a los pocos minutos se hizo amigo tuyo y de papa. Lo recuerdo a la perfección.

Aquella tarde, mientras tomaban latas de cerveza en el patio de la  casa de mi tía, ustedes conversaban con tal hombre (que mas bien, fue todo un cobarde y no un hombre), el hablaba sobre política y sus conversaciones aparentaban todo lo contrario a como en realidad el era, mientras que confundía sus mentes con mil palabras que engañaban, y solo las utilizo para distraerlos.

El pidió mas latas de cerveza y ustedes accedieron; recuerdo que fueron al supermercado mas cercano del lugar y me dejaron sola con aquel hombre y mi tía. Ella entro a la casa.

El hombre con un movimiento y saco uno de sus cigarros de hierva. El estaba mal, muy mal. En aquel momento comenzó a asustarme, sentía una gran desesperación pero no quería parecer asustada.

El hombre me hablo. Me ordeno a que me sentara en sus piernas y yo como toda una persona indefensa lo hice; aquella persona comenzó a amenazarme, el me dijo que si yo hablaba , el mataría a todos en mi familia, fue la sensación mas horrorosa que pude sentir.

El comenzó a besar mi cuello con lentitud y yo ya sabia que seguía. Pero no, yo me moví en seguida y camine hacia la puerta de la casa, el me detuvo y me recordó lo que haría si yo hablaba; y caí en su juego otra vez.

Pero no fui tan estúpida, pues el hizo exactamente lo mismo otra vez y yo me pare y me fui lentamente hacia la casa de mi tía sin escuchar las estúpidas amenazas.

Ustedes llegaron y yo seguía con miedo, y no salí de aquella habitación hasta que el se fue.

A la semana, la noticia de que aquel hombre violo a una joven de 16 años llego por todos lados, ustedes espantados me cuidaron por un tiempo.  

Cartas a mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora