Capítulo ocho : Esta bien si me dañas un poco.

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—¡Vamos Suk! ¡Te estoy dando una paliza!— Se burlo Junkyu corriendo y saltando lo suficientemente alto para colgarse del aro a la vez que anotaba su quinto punto, yendo tres por encima del peliazul.

—Pero si apenas estamos empezando— Reto Hyunsuk logrando robarle el balón al alto para correr hasta el otro lado de la vacía cancha y fallando en su tiro —No voy a negarlo, has mejorado mucho— Acepto el peliazul apoyándose en sus rodillas pera recurar un poco de aire.

—Practico con Mashiho todo el tiempo para ayudarlo con sus entrenamientos, va enserio con lo de aplicar para el equipo de básquet— Junkyu solo se sento en el suelo, riendo fuertemente y burlándose de su amigo. Eran cerca de las dos de la madrugada y ambos se encontraban en un parque cercano al edificio donde vivía Hyunsuk, el peliazul solo no tenia sueño y Junkyu al notarlo tan distante pensó que lo mejor seria liberar un poco de energía con un mini partido de básquet, ambos habían conocido su amor por el deporte de esa manera, reuniéndose todas las tardes en la casa de los Kim para jugar un poco, desviándose luego por el fútbol y el voleibol pero sin dejar de visitar la vieja cancha de vez en cuando.

—¿Ahora vas a decírmelo? — Pregunto Junkyu ya más sereno, sabia que su amigo le ocultaba algo y que ese algo tenia que ver con cierto pelirrojo al cual era mucho más cercano desde hace unos días.

—Bueno ¿Qué quieres que te diga?— Hyunsuk solo hecho su cabeza hacia atrás, observando la luna y las poco visibles estrellas pensando en que decir —Igual no es nada que no sepas— Comento el mayor sabiendo que Junkyu lo entendería perfectamente.

—Estas jodido— El alto quería decir te lo dije, pero sabia que su amigo no necesitaba reproches en esos momentos —Lo supe desde el primer día— Confeso el pelinegro terminando de recostarse en el suelo y sintiendo como Hyunsuk imitaba su acción, ambos tumbados en el medio de la gran cancha, observando el cielo sin mirarlo en realidad al estar perdidos en sus pensamientos.

—Y muy jodido— Acepto Hyunsuk con una pequeña sonrisa triste, se había enamorado de Jihoon y ya no había nada que hacer, ya esta, acepto la realidad y ahora no sabia que demonios hacer con todo lo que guardaba en su pecho, había leído una vez sobre la enfermedad de Hanahaki, sabia que no era cierto pero quizá terminase tosiendo pequeñas y delicadas flores al no ser correspondido por la persona que amaba, seria lindo.

Ambos caminaron envueltos en un cómodo silencio, Junkyu realmente no tenía nada que decir así que solo se dejo llevar por sus pasos a la vez que Hyunsuk se detenía en una parte del camino, observo como el peliazul arranco una pequeña flor amarilla que crecía junto a algunas hierbas, pasando su brazo sobre los hombros de su amigo cuando lo tuvo nuevamente a su lado.

—Ah, tengo hambre— Lloriqueo el alto haciendo reír a su amigo —¿Serás un buen Hyung y cocinaras algo para mi cuando lleguemos?— Pregunto con una amplia sonrisa, recuperando el buen animo y contagiando a Hyunsuk.

—Sabes que solo se preparar fideos y arroz— Se burlo el peliazul girando la pequeña flor entre sus dedos.

—Pero son los mejores fideos y arroz del mundo, sabes que el hambre no tiene mala boca— Se burlo el alto riendo de su propio mal chiste.

Era cierto, Hyunsuk estaba pérfidamente enamorado de Jihoon, sabia que no tenia posibilidades pero no se dejaría derrumbar por un sentimiento tan lindo como el amor, no era el fin del mundo y con solo ver brillar la mirada del pelirrojo cuando le llevaba algún postre o simplemente salían a caminar. Él no necesitaba más que eso.


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«Accidentalmente me enamore de ti»  SukHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora