T/N POV
Lentamente pero con seguridad, lo hice todo en una hora. Habíamos hablado un poco más, sobre todo acerca de nuestro amor por las mascotas, sus perros, y si la entendí bien... ¿su cerdo?
Pero en los últimos 20 minutos hubo más silencio y cuando la miré comprendí por qué. Ahora eran casi las 5 de la mañana y ella tenía la cabeza apoyada en sus brazos.
Creo que se ha quedado dormida.
Me levanté y me acerqué a ella. Estaba tan tranquila; casi no quería despertarla. Quería que se quedara aquí conmigo toda la noche. Pero tenía un largo día mañana y quería que estuviera bien descansada. Además, me harían muchas preguntas si los chicos vinieran a hacer su turno por la mañana y vieran esto.
Puse mi mano en su espalda y la moví muy ligeramente.
Escuché un gemido y se movió un poco.
—Ari, es hora de que duermas un poco. Necesitas estar fresca por la mañana. Déjame llevarte a tu habitación.
Murmuró algo que no entendí. Era extremadamente bonita. Me preguntaba qué sería despertarme junto a ella de esa manera.
Para.
La moví de nuevo.
—Vamos, Ari.— Vi los papeles que había estado garabateando furiosamente y como no podía ver lo que ponía, sonreí al hecho de que estaba lo suficientemente cómoda conmigo para escribir. Los tomé y, respetando sus deseos, los doblé y los puse en el bolsillo de mi traje sin leerlos.
—Llévame en tu espalda.— Escuché estas palabras de ella mientras aún tenía los ojos cerrados.
La última vez que lleve a alguien en mi espalda fue hace años. Aunque no me importaba. Haría cualquier cosa por ella en este momento. Me reí y me di la vuelta, me arrodillé para que le fuera más fácil subirse.
—Su transporte la espera, Srta. Grande.— Chilló soñolientamente y sus brazos me rodeaban el hombro y el cuello. Su perfume invadió rápidamente mi espacio y sentí el calor de ella en mi espalda. Las chispas volvieron, mi corazón latía rápidamente y las mariposas estallaron de nuevo cuando ella enterró su cara en mi hombro, sentí su aliento contra mi cuello. Sus piernas me rodearon y puse mis brazos debajo de sus muslos para apoyarla.
Como llevaba unas botas demasiado largas que llegaban a sus rodillas, mis manos estaban en contacto directo con el poco de piel que había entre sus dos prendas. Su piel era la cosa más suave que jamás había tocado. Me sorprendió toda su existencia. Pero... espera... ¿se me puso la piel de gallina? Sonreí al pensar que yo podía causar eso.
Salí de la oficina y apreté el botón del ascensor para ir a su piso. Mientras esperábamos, miré a mi alrededor para ver si podía ver a alguien en caso de que tuviera que pensar en su propia seguridad.
—Gracias por esta noche, me lo he pasado muy bien contigo. En serio, siento como si te conociera desde hace años. Es refrescante. Eres real y con los pies en la tierra y valoro eso en la gente.— Me habló suavemente al oído. Ahora me tocaba a mí tener la piel de gallina.
—Yo soy la que debería agradecerte. Por primera vez en mi vida, fui feliz al tener la oportunidad de conocer un alma tan bella y genuina.— Eso se me escapó de la boca. Sentí que se agarre se apretó mientras hacíamos el resto del camino hacia su habitación en silencio.
Al entrar en su habitación, solté una pequeña carcajada sobre lo desorganizada que estaba. Había ropa y zapatos por todas partes, una mesa de maquillaje había sido dispuesta para ser colocada en su habitación y había muchos artículos de maquillaje por todas partes.
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Meridian (Ariana/tú)
FanfictionTrabajar en turnos de noche en un hotel puede resultar muy solitario. Pero una noche no es como tu turno habitual. La reserva de última hora de un grupo de entretenimiento aloja a una estrella del pop muy famosa en el hotel y tiene la posibilidad de...