Parte sin título 4

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Se dirigieron a la mesa y ordenaron algo de comer y en la espera hablaban de sus vidas, reían y se miraban en momentos de silencio, se sentía como los mensajes de texto, pero con más realismo. Cenaron y decidieron caminar, era algo muy romántico si lo piensas, dos chicos guapos, caminando y mirándose como si no hubiera algo más alrededor, claro que es romántico. Después de unos minutos de caminar llegaron a un inmenso parque, el parque de la Devora Arango, estaba lleno de personas de todo tipo, era una inmensa mezcla cultural, a Felipe le encantaba, disfrutaba cada centímetro de pasto que pisaba mientras veía a la gente reír y fumar, Miguel se subió en un muro que era un poco alto y Felipe se paró frente a él, tenía una estatura de 1.85cm, quedaron a la misma altura incluso si estaba sentado en ese muro.

No paraba de observarlo, cada gesto, cada movimiento, cada sonrisa, estaba hipnotizado.

- ¿Qué música te gusta?

Felipe siempre ha pensado que el género de música que escuchas habla mucho de tu personalidad, ya seas una persona alegre, fiestera o bohemia, siempre habrá un tipo de música que te defina.

-El reggaetón. <respondió>

Felipe sonrió y se preguntó rápidamente, ¿Por qué a los jóvenes les gusta el reggaetón?

-El pop.

Miguel sacó su celular del bolsillo y puso a reproducir su playlist, vaya que había mucho de ese género, y lo disfrutaba, bailaba mientras estaba ahí sentado, se movía al ritmo de cada canción, Felipe solo observaba, estaba ahí mirándolo, como esas personas que están en una exposición de arte y se quedan frente a una pintura mirando fijamente intentando descifrar que es, así, justo así lo miraba.

Se acercó y se metió en medio de sus piernas, lo miró, esbozó una pequeña sonrisa y lo besó, sentía como todo su cuerpo reaccionaba y también el de él, ese beso los separó del parque, del restaurante, del planeta entero, solo eran ellos dos. Pararon y solo se miraron diez segundos antes que siguiera el próximo beso, Felipe sentía como la entrepierna de Miguel iba aumentando, eso lo ponía muy caliente Se detuvieron antes de que pareciera una escena de un video para adultos.

Rieron a carcajadas pensando que alguien había visto su momento de calentura y siguieron caminando, regresaron por el auto y Felipe lo dejó en su casa, un beso más y una despedida.

Las calles solas, semáforos en verde, la brisa entrando por la ventanilla y una sonrisa, así fue como regresaba a su casa, rebobinando cada minuto en su cabeza y queriendo más de esa noche.

Amor DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora