8. Presentaciones

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Después de un viaje de unos cuantos minutos, Mariana y Natalia llegaron al Vita para poner en orden todo lo que harían en esa clase.

Mariana estaba muy nerviosa, aún no llegaba nadie, eran las primeras puesto que era las profesoras.
Samuel llegó algunos minutos después con malteadas que había comprado para los tres.

- Gracias Sam, eres un sol - agradeció Natalia tomando su bebida.

- No hay de que chicas - respondió el rubio extendiendo las bebidas a Mariana para que tomara la suya.

- Gracias Sam - le agradeció también.

Teminaron de acomodar todo y de a poco las chicas iban llegando al salón.

La castaña estaba ansiosa, todas las chicas llegaban a excepción de Danya y Fercha.

- Mariana, disculpa ¿podrías venir un momento por favor? - una voz a sus espaldas llamó su atención.

La chica volteó y se encontró con Pablo, uno de los coordinadores del lugar.

- Sí Pablo - contestó saliendo hacia el pasillo en donde se encontraba el chico - ¿Qué sucede? - preguntó.

- Nada malo Marianita, sólo necesito que bajes a firmar los últimos papeles para lo de su estancia en el Vita y el tiempo de la renta - explicó el pelirrojo.

- Ah claro ¿Vamos a tardar mucho? Es que ya está por empezar la clase y...

- No para nada, sólo son tres firmas rápidas - volvió a hablar el chico.

Mariana aceptó, le avisó a Natalia y bajó a la recepción con el chico.

-
A un minuto de distancia del recinto de baile, Fercha y Danya se encontraban en la camioneta de la mayor discutiendo.

- Te dije que se haría tarde Fernanda, te lo dije - reclamaba la menor mientras sostenía un helado en su mano.

- Ahh pero si tu también querías helado no entiendo por qué yo cargo sola con la culpa - se quejó Fercha.

- Si pero te dije que si la fila era muy larga no nos quedáramos.

- Pues ya estabamos ahí Danya ¿Qué nos costaba esperar un poco? - se defendió.

- Ay ya no digas nada y solo conduce.

- Ya no seas exagerada ya llegamos, ya llegamos - finalizó la discusión mientras las luces del Vita deslumbraban a lo lejos.

Y es que ambas habían salido con muy buen tiempo para llegar perfectas a la clase, pero el descuento en la heladería favorita de Fercha las hizo desviarse quince minutos.
Su hermana menor, a pesar de haber apoyado inicialmente la idea, estaba enojada por que llegarían justitas a su clase, cosa que la estresaba de sobremanera. Odiaba llegar tarde.

Fernanda también estaba un poco desesperada. Sus planes de llegar temprano para poder entablar conversación con Mariana se habían visto obstruidos por su antojo de helado.

Probablemente la clase ya había comenzado y no tendría tiempo de hablar con ella hasta el final. Y temía que pasara lo mismo que la noche anterior en que ya no pudo verla por que se había ido.

Se estacionó y junto a su hermana bajó de la camioneta. Entraron a paso rápido al lugar para poder llegar al segundo piso. En la recepción las recibió Pablo.

- Hola chicas, bienvenidas de nuevo - saludó sonriendo el chico.

- Hola Pablo - saludaron al unísono las hermanas.

Mariana, que se encontraba en ese momento junto a Pablo, se volteó para saludar también, pero todo se volvió tenso de un momento para otro al percatarse de quien se trataba.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2020 ⏰

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