—¿Qué hacemos aquí? —Saga cuestionó desorbitado.
La noche ya había caído, el astro lunar brillaba más que nunca y las hojas de los árboles se movían en una danza con el viento. Había lápidas alrededor sobre la hierba, él identifico ese lugar como el cementerio del Santuario.
Alrededor se encontraban sus compañeros, quienes mostraban la misma confusión que Saga. Frente a ellos, el color aguamarina brillante concernido a los ojos de su diosa, los vislumbraba con júbilo, otorgándoles una sonrisa cándida y en parte incrédula.
Athena los nombró a cada uno de los presentes—. Me encuentro contenta y ciertamente sorprendida de verlos aquí. Siento tanta conmoción como ustedes —suspiró—. Sospecho ligeramente sobre el motivo de este... suceso, aunque prefiero comunicárselos mañana al medio día en el templo del Kyōkō.
—Athena, ¿es grave? —interrogó el Saint de Aries.
—No lo sé —expresó con lástima.
Era hasta cierto punto desconcertante su resurrección y la joven Saori era consciente de ello. Alzó el rostro, la luna llena se encontraba resplandeciente, era irónico que le pidiera a los dioses su bendición ante el suceso.
—Los veré mañana —Athena se despidió con cierta melancolía en su rostro, inentendible para los Saints presentes, quienes realizaron una reverencia ante su partida del cementerio del Santuario. Posterior a ello, todos se observaron, casi queriendo comprobar que, en efecto, estaban vivos y no era sueño.
De pronto, una sensación abrumadora invadió al Saint de Gemini, era toda su vida resumida en breves recuerdos, ocasionándole un dolor en la cabeza. Se encontró impactado por los sucesos alrededor de veintiocho años de vida, pero más que nada, por conocer una verdad oculta. Era él, en momentos de su día a día, donde fuertes cefalalgias le ocasionaban desesperación. Se trataban de las ocasiones en donde la que creía su segunda personalidad quería tomar el control, sin embargo, no era una doble personalidad como tal... se trataba de una posesión, una que fue depurada con el escudo Aegis de Athena, anulando su presencia.
En algunos de los recuerdos, había una mujer, su nombre era Ker, hermana de los dioses Hypnos y Thanatos y portaba una surplice. Ella había impedido que se quitara la vida en repetidas ocasiones. Nunca lo recordaba debido a que borraba su memoria. Comprendió cuál había sido el mal que lo aquejó por tanto tiempo. Un espíritu maligno que no quedó grabado en la memoria de quienes estaban en el momento de su nacimiento y el de su hermano. A pesar de que existía una sensación rara que se acrecentaba, siempre fue percibido como una personalidad múltiple. Pero él creía también que había tomado los deseos más ocultos en su interior y los tomó, dándoles fuerza. Aquella entidad lo dividió y quebró por completo.
«¿Por qué tuve que ser yo?».
—Hermano —Saga giró su cuerpo hasta quedar de frente a esa persona que enunció aquella palabra, la diferencia era que había salido en un tono sorprendentemente preocupado—. Creo que lo recuerdo también, recuerdo a esa mocosa que se burló de nosotros.
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MOONLIGHT | Gemini Saga
FanfictionÉl era un guerrero feroz y leal como un lobo, ella, en realidad era uno. Una tragedia obliga a huir de su hogar a Jolie, una mujer lobo, que encuentra refugio en Grecia. Sin embargo, su llegada coincide con un evento antinatural: los Gold Saints han...