Fantasma

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E M I L I O 


- Bonito.

- Emi, ¿Dónde estabas?- se lanza a mi y lo rodeo con mis brazos. 

- Yo, con Camila. Pero se me descargo el celular y olvide por completo que iba a ir por ti. De verdad perdón, el tiempo paso muy rápido. 

- Estaba preocupado por ti, no contestabas mis llamadas ni mensajes. Pensé que te había pasado algo malo.

- Si, perdón. Es solo que estaba muy entretenido con Camila que ni siquiera recordé en que iba a pasar por ti. 

- Esta bien, solo para la próxima no te pierdas tanto en las conversaciones y mantenme avisado en donde estas. 

- Si mi amor, ¿Cómo llegaste? 

- Oh, me trajo un compañero del trabajo, muy amable por cierto.- se suelta de mi abrazo y entra a la casa. 

- ¿Un compañero de trabajo?- asiente y deja sus cosas en el suelo.- ¿Cómo se llama ese compañero tuyo eh? 

- Lucas.- se encoje de hombros.- ¿Quieres comer algo? 

- No me cambies de tema Joaquín.- me cruzo de brazos y lo veo fijamente. 

- No te estoy cambiando de tema celoso. Solo tengo hambre y voy a ir a preparar algo. 

- Yo no soy celoso y deja te cocino. ¿Qué se te antoja amor?

- Cualquier cosa esta bien celoso.- me besa. 


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Al día siguiente me despierto mas temprano de lo habitual, tengo que hacer algunas llamadas y no quiero posponerlas más. Salgo de la habitación y me dirijo al cuarto de lavado en la planta baja, lo más alejado de Joaquín. 

Miro el papel y rápidamente marco el numero, pego el teléfono a mi oreja y espero pacientemente que atiendan.

- ¿Quién habla?- es lo primero que dicen. 

- Soy Emilio, Emilio Osorio. 

- ¿Cómo conseguiste este número?

- Una amiga me lo dio, necesito ayuda y cree que ustedes pueden dármela. 

- Bueno, tomando en cuenta que Emilio Osorio esta muerto, si podemos. A las 8 am, en el hotel "Diamante". Habitación 239.-- con eso cuelga la llamada. 

Aun tengo dos horas para estar ahí, subo a la habitación y tomo ropa tratando de no hacer ruido, es sábado y ninguno de los dos tiene trabajo, solemos despertarnos muy tarde así que me da tiempo para ir y venir sin temor a que Joaquín note mi ausencia. 

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Estoy frente al hotel, parece ser muy elegante y con mucha seguridad. Esta algo alejado de nuestra casa pero logre llegar 5 minutos antes de la hora acordada. Cruzo la calle y lo veo más de cerca, casi no hay gente en la entrada. 

- No puede entrar sin reservación.- me detiene uno de los guardias. 

- Me esperan, en la habitación 239.- el de seguridad me mira de arriba abajo. 

- Tenemos que revisarte.- asiento. 

Pasan un detector de metales por todo mi cuerpo, llega una chica con el uniforme del hotel y le dice algo al de seguridad.

- Puede pasar señor, la señorita lo llevara a su habitación. 

- Gracias.- la chica camina y la sigo por detrás. 

- Emilio Osorio ¿Cierto?- asiento levemente.- ¿Fuiste invitado a tu propio funeral?

La miro confundido, no sabia que la información se compartía con todos los empleados del hotel. 

- En México no te suelen invitar a tu funeral, eres parte de el quieras o no. 

- Pero tu no fuiste parte de el. Tampoco tu Omega. 

- ¿Qué tanto sabes de mi? 

Se ríe como si le contara el mejor chiste.- Que vas a la habitación 239, llegamos. 

Nos detenemos frente a una puerta de madera que tiene en el centro numeros en dorado. Saca una tarjeta de su bolso y la pone en el sensor, la puerta se abre de inmediato.

- Adelante Emilio. 

- Gracias.- entro a la habitación que no se parece en nada a una habitación de un hotel común. 

- ¿Sorprendido?  

- Bastante, ¿Quién me ayudara? 

- Yo. La verdad es que me emociona tu caso, un empresario muy conocido en México fue encontrado muerto junto a su Omega.- pone en la mesa que se encuentra en el centro de la habitación un periódico.- Un sospechoso accidente.- tomo el periódico y lo recorro con la vista.- Una verdadera tragedia, tan jóvenes y enamorados. ¿Qué abra causado ese misterioso accidente?

- Juan Osorio.- es lo único que digo.

- Lo sé, pero hay algo de lo que no estoy segura. ¿Estas dispuesto a que tu padre pague por lo que hizo?

- Completamente. 

- Vaya, creí que lo dudarías aunque sea un poco. 

- No tengo porque dudar nada, él no lo hizo cuando se trataba de matarme y matar a mi destinado. 

- Hablando de él, ¿Cómo esta el pequeño Bondoni?

- No hay porque hablar de él.- quiero mantener lo más alejado posible a Joaquín de esto, no creo que pueda soportarlo. 

- ¿Estas seguro? A mi me interesaría saber unas cuantas cosas de él. 

- No tienes que saber nada de mi destinado. 

- Los celos hacen daño Emilio. Pero no te preocupes, ya veremos como conseguir esa información. 

- Puedes dejarlo lejos de esto.- esta apunto de hablar pero la puerta se abre y entra un chico, de unos 20 años. Bastante atractivo y con un cuerpo marcado. 

- ¿No te enseñaron a tocar?- el chico niega y entra.- Estoy ocupada con el fantasma. 

- No me interesa, tengo información de Bondoni.- eso hace que gire mi cabeza y lo mire fijamente. 

- Te lo dije Emilio, conseguiremos la información. Gracias Lucas. 

- De nada, por cierto Emilio, me sorprende lo bien que hace su trabajo Joaquín y que mal novio. Bondoni estaba tan preocupado por ti y tu con Camila. 

- ¿Tu eres su compañero de trabajo?- el asiente con una gran sonrisa. 

- Y tu el mal novio de Joaquín. 

- No soy un mal novio. 

- ¿No tenían una cita hoy a las 8?- me quedo callado, es verdad, hoy teníamos una cita temprano, iríamos a un día te campo. 

- Deja de provocarlo Lucas, Emilio tienes que dejar de lado todo el amor que tienes por Bondoni si realmente quieres encontrar pruebas para culpar a tu padre del atentado. ¿Estas dispuesto a dejar de tener citas y salidas frecuentes?

Lo pienso, amo salir con mi niño y con el trabajo de por si tenemos poco tiempo para vernos, pero no puedo tener tranquilidad sabiendo que mi padre puede darse cuenta de que no estamos muertos y querer hacerlo de nuevo, la próxima vez puede que no falle. 

- Si, estoy dispuesto. 

- No te preocupes Emilio, yo te lo cuido.- dice Lucas riendo. 

- Eres un imbécil.- me acerco a él dispuesto a darle un buen golpe. 

- Emilio, detente.- no pienso hacerle caso.- Si lo tocas dejaremos este caso.- aprieto los puños y no dejo de verlo. 

- No te preocupes, soy completamente profesional y lo único que tengo que hacer es convertirme en su mejor amigo. 

- Más te vale.- despego mi vista de él. 


Coffee l EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora