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—99.99% de compatibilidad — Murmuró leyendo la hoja.

—¡Felicidades, Jay! ¡Eres padre! — Comentó feliz, Maryam, mientras aplaudía.

—Cállate, mini versión de Thalia.

—Me ofende que me compares con ella... es mi madre, pero me ofende... soy mejor que eso — Se quejó cruzando los brazos.

Era verdad, odiaba que la compararan con Thalia. Ni siquiera merecía el título de "madre", porque no lo había parecido. Y tal vez no era correcto detestarla, pero eso era lo que sentía.

—Da igual...

—¿Y ahora qué?

—No lo sé — Dijo en un susurro, restregándose la cara. No tenía ni la menor idea de que seguía después de  que por fin aceptara que Grace era su hija. —. Creo que... creo que primero debo preguntarle a Amber sobre la enfermedad de la pequeña pitufa.

—Bien, tal vez también deberías conocerla y... cuidar de ella, como un buen padre haría — Mencionó la chica, tocando su hombro de forma amistosa.

—Lo que digas.

—Me voy...

—Salúdame al padre del año — Dijo de forma divertida.

—Tú eres el padre del año — Respondió sonriendo de forma victoriosa, mientras salía del departamento.

Jason soltó un suspiro y volvió a mirar la hoja. Era padre. Jamás imaginó que él llegaría a ser padre. «¿Y ahora qué sigue?» Se preguntaba una y otra vez. No conocía a la niña y ella no lo conocía a él, ¿cómo se suponía que se acercaría a ella? Se sintió furioso con Amber, porque ella no le había hablado sobre la hija que compartían. Se sintió furioso, porque por su culpa, se había perdido de grandes y maravillosos momentos con su hija.

Hija. ¡Sonaba increíblemente bien esa palabra! Era su hija. Si. Ya lo había aceptado. Fue difícil, pero lo hizo. Esa niña era su hija y él se comprometía a ser un buen padre para ella.


—————***—————



—Jay... ¿qué haces aquí? — Preguntó la castaña con curiosidad.

—Vamos a hablar — Dijo con total seguridad.

La chica asintió y lo dejó entrar a la casa. Era espaciosa, ordenada, se sentía una calidez impresionante y habían muchos juguetes tirados por el suelo.

—¿Dónde está?

—Uhm... ella está en su habitación, descansando — Respondió recogiendo los juguetes, conforme lo guiaba a la sala.

Se sentaron y se miraron fijamente sin emitir palabra alguna. Jason apretó los puños y frunció el ceño. Mientras que, Amber se veía confundida y asustada a la vez.

—Y bien... ¿qué es lo que quieres decir? — Preguntó con calma, escondiendo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Relajó su expresión y suspiró. Esa calma con la que Amber actuaba, se la contagiaba a él... tal vez por eso se había enamorada de ella, ¿no? Porque sabía como controlarlo.

—Me quitaste la oportunidad de poder conocerla... creo que... creo que merezco compartir tiempo con ella.

—Tienes razón — Murmuró cabizbaja.

—Vivirá conmigo.

—¿Qué? — Lo vió con una ceja alzada y se levantó de golpe.

Oh, no, su vida era Grace. Amaba mucho a su hija y pensar que la separarían de su lado, la asustaba. Pero... Jason merecía convivir con ella. Era su culpa, por no haber hablado antes.

—Vivirá conmigo — Repitió levantándose. —. Y tienes prohibido decir lo contrario. ¿O te tengo que recordar que fuiste tú quién la escondió de mí?

—E-escucha... entiendo como te sientes... pero... cuidar de un niño no es tan fácil, Jay — Empezó a explicar con calma. —. Y menos sí se trata de Gracie.

—La cuidaré, incluso mejor que tú — Respondió con los brazos cruzados.

—¿Alguna vez has cuidado de un niño? Damian y Maryam no cuentan...

—¿En verdad quieres discutir esto? ¿Quieres que hablemos con el juez sobre esto?

—¿Me estás amenazando? — Exclamó indignada.

—Escu...

—¿Mami? — La dulce voz de Grace, resonó por toda la sala. Bajó las escaleras, mientras se tallaba los ojos. —. ¿Mami? — Volvió a hablar, estando frente ambos adultos.

—Cariño...

—¿Papi? — Preguntó con emoción al notar la presencia de Jason.

¿Qué sí Grace sabía que Jason era su padre? Oh, por supuesto que si, el único que no estaba enterado de que era padre, era el mismo Jason. Amber le había hablado a Grace sobre su padre, pues había preguntado sobre él, porque todos sus compañeros de clase tenían un papá, excepto ella. Pero al saber que tenía uno, insistió en poder verlo, no se lo concedieron por razones que sólo Amber sabía.

Y todo cambió, cuando Amber se enteró de la enfermedad de Grace. Se lo contó a su padre y él le dijo que era el momento de decirle todo a Jason.

—¡Que bueno que has venido! ¡Tenía muchas ganas de jugar con alguien y mami estaba ocupada! — Chilló saltando de alegría. —. ¡Vamos! ¡Te enseño mi habitación! — Corrió a él y tomó su mano.

Sin embargo, Jason estaba quieto. No decía ni hacia nada. Ni siquiera podía comprender cómo esa dulce niña se le acercaba, sí ambos eran completos extraños. Pero Grace parecía conocerlo a la perfección, parecía que lo amaba demasiado y no lo conocía, actuaba cómo sí hubiese convivido con él toda su vida, cuando no era así.

—¡Vamos! ¿Por qué no te mueves? — Cuestionó preocupada. Dejó de saltar y jalonear y con sus ojos azules observó atentamente a su padre. —. ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? ¡Mami! ¡Apresúrate, papá está enfermo!

—No, cariño... él sólo... sólo...

—¿Él no quiere jugar? — Miró al de mechón blanco con un semblante triste. —. ¿No quieres jugar? Está bien... entiendo... — Soltó su mano y frunció los labios.

—N-no es eso... vamos, si quiero jugar — Sus palabras hicieron que la alegría volviera a inundar el cuerpo de Grace.

—¡Si! ¡Tengo muchas muñecas! ¡Y muchos vestidos de princesas! — Se quedó quieta a mitad de las escaleras y puso un dedo bajo su mentón, pensando. —. Pero, tú eres un niño... y a los niños no les gusta jugar con muñecas... ¿podemos ver una película? ¿Qué dices?

—Lo que digas, pequeña pitufa — Murmuró con una sonrisa en los labios, mientras la seguía.

Si, Grace le había robado el corazón a Red Hood. La pequeña pitufa había sabido escarbar muy bien y encontrar el lado sensible de su corazón.








¡Hola para todo aquel que está leyendo esto!
¡Bienvenidos sean a la nueva locura que se le ocurrió a mi cabecita! 😅
Estoy feliz de traer una nueva historia, espero que les haya gustado este primer capítulo que traté de hacer lo mejor que pude. Dentro de unos días vendré con el segundo.
No tengo más que decir, sólo que espero que se encuentren de maravilla...
¡Les mando un enorme abrazo!
❤️

Por ella... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora