Capitulo 23

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Anahi

-¡Anahi, sal por esa ventana! - Savanah vuelve a llamar mi atención.
Creo que es la cuarta vez que miro la calle desde la llamada de Alfonso.
Ha estado oscuro, han pasado más de ocho horas desde que llamó y no surgió nada.
-Lo siento, Savanah. Me comporto como una niña ansiosa por recibir un regalo.  - sonrío al mirarla - Pero cuando conoces a alguien a quien realmente amas, me entenderás.
-¡Oh Dios mío! No es suficiente solo mi madre, ¡ahora tú también! - resopla y se vuelve hacia la cocina - Ayudaré a mamá con la cena, puedes quedarte ahí si quieres.
Por unos segundos pienso de verdad en esta posibilidad, pero necesito aprender a vivir con las ausencias de Alfonso. Su trabajo requiere algunos viajes y ya no estará de vacaciones, me dijo Hillary todo lo que pudo para acostumbrarse a la rutina de Alfonso.
Puede que no sea tan difícil cuando empiece la universidad. Esa es una de las razones de estar tan ansiosa y emocionada.
Savanah me llevó a la universidad y, si todo va bien, podré comenzar mi curso en el segundo semestre, así no me sentiré tan sola mientras Alfonso trabaja.
Voy directo a la cocina y me encuentro con mi nueva familia en una pequeña discusión.
-¡Mamá, ni siquiera sabes si le gustan los espaguetis a la carbonara!
-¡Entonces ve y pregunta en lugar de atormentar mi cabeza!
-No es necesario, estoy aquí. - interrumpo a los dos y me acerco - Por lo que veo de los ingredientes y el olor de la salsa, ¡seguro que me encantará!
-Bueno, tendremos la pasta favorita de Alfonso y su novia no se quejará de las calorías. - Hillary sonríe y comienza a tararear mientras se concentra en hacer la salsa.
Savanah está ocupada cortando tocino en cubos pequeños y miro alrededor de la cocina buscando algo para ayudar, parece que todo está bajo control y yo me quedo aquí, creo que mi suspiro de insatisfacción sale demasiado fuerte, porque Hillary pronto me mira y ofrece  una sonrisa cariñosa.
-Querida, ¿podrías encargarte del postre dulce? Todavía no he tenido tiempo de pensar en nada que hacer.
-¿Cuál es el dulce favorito de Alfonso?  - pregunto con más emoción, los postres dulces son algo que me encanta hacer.
-¿Sabes hacer macarons? - pregunta Savanah, una mezcla de miedo y expectación.
-Claro que lo sé, los instructores de nuestra comunidad preferían las recetas francesas.
-Al menos una cosa buena que aprendiste allí. - se ríe y me empuja con el hombro - ¿Qué va a ser el relleno, cuñada?
-Sorpresa. - le doy una sonrisa traviesa que hace reír aún más a Savanah y empiezo a buscar los ingredientes.

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Miro el reloj de nuevo, son exactamente las nueve y media cuando Alfonso finalmente abre la puerta y deja caer su bolso en el suelo del pasillo.
-¡Por fin Alfonso! Un minuto más y me iría a cenar sin ti. - Savanah está realmente enojada.
Hillary no nos dejaba acercarnos a la mesa, idealizaba una comida familiar y así sería.
-Hola a ti también y sí, estoy cansado del largo viaje, de hacer un informe y, por cierto, la misión fue un éxito.  Gracias por preguntar. - su tono es sarcástico y serio, no está bromeando, realmente está regañando a su hermana.
Por primera vez, veo a Savanah sonrojarse y morderse el labio de vergüenza.
-Lo siento, sabes que cuando tengo hambre me pongo de mal humor.
Reprimo una risa incómoda y me acerco directamente a Alfonso, lo abrazo por la cintura, cierro los ojos y aspiro su perfume. Fue solo una noche y un día lejos de él, pero parece haber sido una eternidad lejos de su calor.
-Hola. - digo, todavía sin irme - Bienvenido.
-Hola, mi pequeña Anahi. - Me acaricia el pelo y me besa la cabeza con tanto cariño que casi olvido que no estamos solos. Casi.
-El momento del reencuentro es hermoso, pero también quiero abrazar a mi hijo y cenar. - Hillary se acerca con una sonrisa - Ve a darte una ducha caliente, querido. Estoy segura de que tu hermana puede esperar otros cinco minutos.
-No estés tan segura.
Alfonso se ríe cuando escucha a Savanah refunfuñar, pero sigue el consejo de su madre. Realmente se ve muy cansado, no solo por el viaje, sino por toda la situación. La misión puede haber tenido éxito, pero algo le molesta, me da miedo saber qué pasó realmente con las otras elegidas.
La cena es relajada, le hablo a Alfonso de la universidad y de armar mi portafolio de fotos para presentar en la entrevista, me sugiere que agregue fotos de la comunidad y la idea me parece muy buena.
-Piensa bien, es como tener fotografías del pasado tomadas en el presente.  Además, sería una oportunidad para mostrar cómo vivimos en mundos tan diferentes, a solo unos kilómetros de distancia.
-Pero necesitará la autorización de personas de la comunidad para exhibirlos. - Savanah parece saber de qué está hablando, así que escucho en silencio - Anahi no puede hacer públicas imágenes de personas sin su autorización, lo sabes tanto como yo, Alfonso.
-Ella no va a hacer una exhibición, Savanah, solo los presentará al consejo universitario.
-Viendo de esta manera, tiene razón, pero por si acaso, creo que será mejor que seleccione algunas fotos y luego le pedimos autorización a la gente de la comunidad.
-Lo podemos lograr, ahora que las elegidas anteriores están a salvo, todos se sienten culpables y agradecidos con Anahi. - me mira y sostiene mi mano sobre la mesa - Incluidos sus padres.
-Ahora que terminamos de cenar, ¿puedes contarnos qué pasó, hijo? - Hillary controló su ansiedad tanto como pudo.
-¿Y el postre dulce? - Alfonso luce decepcionado y nos hace reír.
-¡Después de que te cuente todo, de lo contrario nunca sabremos qué pasó!  - Hillary comienza a recoger la mesa y yo me levanto para ayudarla - Conozco muy bien a mi hijo.
Alfonso sonríe con cariño a su madre y tan pronto como estamos todos en la habitación, me abraza por el hombro y empieza a hablar.
-Rodeado de tres mujeres ansiosas y curiosas. - se ríe cuando Savanah le da una palmada en el brazo - Sav, si continúa así, le pediré a Phill que elimine su nombre de los estudiantes auxiliares en el proceso.
-¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿QUÉ?!?!?!?!?!  ALFONSO, TE AMO !!!!!!  ¿EN SERIO QUÉ HICISTE ESO?
-¿Y por qué mentiría?  Es un caso muy especial, y como quieres ser un gran promotor, empezar con un proceso como este será muy bueno para tu carrera. Savanah contra el estado, tendrás que usar toda tu seriedad para defender a esas cinco mujeres.
-Entonces, ¿están todas vivas? - apenas puedo contener la sonrisa de alivio.
-Sí, a pesar de las circunstancias, están bien, por así decirlo. Las cinco se mantuvieron en un sótano adaptado para recibir clientes.
-Alfonso, no me digas que estaban acostumbradas a ... - Hillary deja la frase incompleta.
-Lamentablemente sí, madre. Las estaban utilizando como prostitutas.  Joe las convenció de que no eran sus únicas elegidas, sino elegidas para servir a otros elegidos. La única que escapó fue Mary porque no recibió instrucciones de Joe antes de que todo fuera descubierto. - Alfonso me acaricia la cara sonriendo - Mary se salvó gracias a ti y a tu valentía, Anahi.  Todas las demás tendrán la oportunidad de empezar de nuevo gracias a ti, mi amor.
-Me escapé, Alfonso. Me escapé para salvarme, pero fuiste tú quien las salvó, quien creyó que podían estar vivas.  Nos diste una segunda oportunidad.  - beso tus labios suavemente y sonrío - ¡Nuestro héroe se merece su postre dulce favorito! ¡Macarons para mi amor!
Debe amar los macarons de verdad, porque apenas he terminado de hablar y está de vuelta en la cocina. Coloco la bandeja llena de macarons frente a él y en cuanto Alfonso ve las fresas en el relleno, suelta una gran carcajada que asusta a su madre y hermana.
-¡Anahi, me pagas!
Estaré más que feliz de pagar esta deuda.
-Sí señor. - le susurro al oído y me alejo, mordisqueando un macaron.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora