Anahi
Mis ojos se posan en Alfonso y tengo que contener la risa cuando veo el disgusto en su rostro. Si bien esperábamos tener un fin de domingo tranquilo, mi querida suegra tenía otros planes y, sin siquiera sospechar, arrojó un buen balde de agua fría sobre nuestros planes calientes.
-Lo sé mamá, sé que deberíamos habértelo dicho antes, pero tanto yo como Anahi necesitábamos descansar después de este episodio. - Alfonso intenta en vano calmar a su madre, pero ella es dura en la caída.
-Oh, entiendo perfectamente que necesitas descansar, pero ¿cuál es la dificultad de coger el teléfono y avisarme en lugar de saber todo lo que le pasó por Ashley? ¿Te das cuenta de lo asustada que estaba cuando Savanah llegó gritando que habían asaltado su casa?
-Lo siento suegra, todo es culpa mía, Alfonso estaba tan preocupado por mantenerme tranquila que se olvidó de llamarte. - tomo sus manos y las sostengo entre las mías - Prometo que esto no se repetirá.
Le doy mi mejor sonrisa dulce y finalmente Hillary suspira y le devuelve la sonrisa.
-Dejemos el asunto entonces, pero solo porque me hiciste esa promesa y porque Savanah está hoy con una amiga en casa.
-¡Gracias al cielo por ese amiga! - Alfonso suspira aliviado y sonríe - Fue duro aguantarte mamá, imagina si Sav también estuviera aquí.
Me echo a reír cuando Hillary, horrorizada, pisa a Alfonso y lo golpea con los cojines del sofá. Savanah elige ese momento para salir de su habitación y encontrarse con nosotros en la sala de estar.
-¿Qué está pasando? - su amiga se ve preocupada, mientras Savanah solo se ríe.
-Nada demasiado, apuesto a que mi hermano atormentó a mi madre. - Sav se vuelve hacia mí y trato de controlar la risa - Esta es mi cuñada, Anahi. Cuñada querida, esta es Rachel, mi amiga.
-¡Hola! - me levanto para saludarla con un abrazo, Rachel es realmente hermosa, sus ojos son grandes y castaños brillantes, su cabello es corto y rizado en un tono marsala que va muy bien con su tono de piel caribeña - ¡Eres hermosa!
Cierro la boca cuando veo que la sorpresa golpea sus ojos.
-O-gracias. - se vuelve hacia Savanah - Tengo que irme, Sav. Volveré otro día, ¿de acuerdo?
-Ni siquiera pensar, no hice esa crema de fresa para nada. Te sentarás en esa mesa y harás que mi esfuerzo culinario valga la pena.
¡Oh maldita sea! ¡A Savanah le gusta Rachel! ¿Por qué otra razón le habría preparado un postre de fresa? El propio Alfonso decía que las fresas son una tentación, pero yo imaginaba que era algo solo entre hombres y mujeres, por lo que veo funciona en cualquier situación en la que se quiera despertar el deseo de otra persona.
Rachel se dirige a la cocina en el frente y tomo el brazo de Savanah discretamente.
-Necesitamos hablar más tarde. - hablo muy bajo para que solo ella pueda escuchar.
Savanah frunce el ceño sin comprender, pero acepta y sigue a Rachel. Al otro lado de la habitación, Alfonso observa en silencio, se encoge de hombros y continúa hablando con su madre.
Tan pronto como Rachel se va, arrastro a Savanah a su habitación y cierro la puerta.
-Ella te gusta. - hablo sonriendo y confirmo mis sospechas cuando veo el asombro en su rostro.
-¿De qué estás hablando? - trata de hablar, pero no la dejaré escapar tan fácilmente.
-Rachel, te gusta. - antes de que me interrumpa, levanto la mano y pongo los ojos en blanco - No como amiga, y no tiene sentido mentir. Sé que te gusta de una manera...romántica.
-¡Como sabes eso! - Savanah suspira y deja de intentar fingir - ¿Es tan obvio?
-No sería tan obvio si no le hubieras hecho una crema de fresa.
-¿Cómo? - me mira confundida - ¿Qué tiene que ver la fresa con eso?
-Bueno, siempre que hago algo con fresas para Alfonso, él dice que es una tentación, que lo estoy provocando y siempre terminamos... - siento que mis mejillas se calientan - Oh, ya sabes. Entonces sé que no puedo ofrecer nada que tenga fresas a otros hombres, pero tampoco sabía que era así para las mujeres.
Savanah me mira por unos minutos y luego empieza a reír salvajemente, no entiendo y espero que se controle, pero parece una eternidad.
-¡No te rías! Realmente no sabía nada de esta costumbre tuya aquí, en la comunidad no teníamos este tipo de códigos sexuales con frutas.
-Ah Anahi, todavía tienes mucho que aprender. - toma mis manos y me hace sentar a su lado en la cama - ¡Probablemente Alfonso se sienta provocado con las fresas porque hueles a fresas! Desde tu champú hasta tu perfume huele a fresas, no es ningún fetiche ni código en nuestro mundo.
Me tomo mi tiempo para asimilar esta nueva información.
-¿Entonces está bien si hago postres de fresa para otras visitas en casa?¿Incluso otros hombres?
-Esa es tu elección, ¿te gustaría provocar a Alfonso delante de otras personas? - abre los ojos y vuelve a reír -¡Anahi, los macarons!
Me tapo la cara con las manos, avergonzada, pero también riendo. ¡Fui descubierta!
-¡Eres una pervertida! ¡No puedo creer que haya provocado a mi hermano delante de mí!
Ambos nos echamos a reír, mi inocencia sobre el mundo exterior sigue siendo tan grande.
-¡No puedo creer que salí del armario por esas benditas fresas! Y pensé que estaba siendo muy obvia.
Controlando mi risa, sé que ahora realmente necesita una conversación seria.
-¿Y tú también le gustas? - Savanah asiente y guarda silencio - ¿Y por qué no están juntas?
-Porque...porque tengo miedo de la reacción de mi madre y Alfonso.
-No entiendo. - suspira de nuevo - Alfonso puede ser super posesivo y todo macho, pero nunca lo vi con prejuicios. Y tu madre, bueno...ella es tu madre, te amará sin importar a quién elijas amar.
-¿Y si no fuera así?.
-Sólo lo sabrás si hablas con tu madre y Alfonso.
-¿Dime que? - Alfonso aparece en la puerta con una sonrisa, creo que nos olvidamos de cerrar la puerta cuando entramos.
-Tu oportunidad. - digo todavía sosteniendo las manos de Savanah - No te preocupes, estoy aquí contigo. Parpadeo y sonrío.
Alfonso entra en la habitación, todo serio y se arrodilla frente a su hermana.
-Siempre puedes contar conmigo, Sav. Estoy aquí para ti.
Savanah me mira a mí y luego a Alfonso, vuelve a suspirar y agacha la cabeza.
-Alfonso, yo...soy...homosexual.
-¡Mierda, Savanah! Me diste un susto. - es el turno de Alfonso de suspirar aliviado - Pensé que estabas en problemas, nunca te vi tan nerviosa.
Miro a Savanah y parece totalmente atónita, sin entender lo que está pasando, me quedo en silencio, aunque me siento completamente parte de la familia, este es un momento entre ellos.
-¿Entendiste lo que te dije? - pregunta finalmente a Alfonso - Acabo de salir, soy una lesbiana, Alfonso.
-No es como si fuera nuevo. - se encoge de hombros y sonríe - Al principio me pareció realmente extraño que una chica tan hermosa e inteligente nunca me presentara a un solo novio, pero después de que comenzaste a traer a Rachel aquí en casa, todo quedó muy claro.
-¡Y nunca me dijiste nada! - Savanah golpea a su hermano en el hombro, pero sonríe - Y casi me muero aquí, sin saber cómo decírselo a ti y a mamá.
-Savanah, soy un macho celoso, pero no un cavernícola. Si necesitabas tu tiempo para salir, no iba a forzar nada. Y hablando de mamá...¡MADRE, VEN AQUÍ! ¡RÁPIDO!
Alfonso grita y Savanah se tapa los ojos con las manos, gimiendo.
-¿Dónde está el fuego para que hagas este escándalo, muchacho? - Hillary se detiene frente a nosotros, con las manos en las caderas - Espero que la razón sea muy buena.
-Savanah finalmente salió. - dice simplemente, dejándonos boquiabiertos tanto a Savanah como a mí.
-¿Seriamente? - Hillary tiene una gran sonrisa en su rostro - ¿No tendré que fingir que no sé por qué nunca me presentó a un novio?
Todos nos echamos a reír, Savanah juró que estaba siendo discreta, mientras que su madre y Alfonso conocían su elección desde hacía siglos.
-Mamá, ¿por qué nunca dijiste que lo sabías? - Savanah abraza a su madre con toda amabilidad.
-Bueno, no quería presionarte, quería que nos dijeras cuándo te sentías cómoda y segura para hacer eso. - Hillary la besa en la frente - Ahora dime, ¿qué fue lo que te hizo asumir de repente?
-Anahi y la crema de fresa.
Nos miramos y volvemos a reír salvajemente.
Realmente amo a mi familia.
ESTÁS LEYENDO
La Elegida
RomanceAnahi nació y se crió dentro de la Comunidad de Crystal Lake, no hubo contacto con el mundo exterior, excepto uno u otro consejero tutor que aparecía muy raramente en busca de irregularidades y abusos. Poco sabían las condiciones y las reglas. Cuand...