Private classes ¦ KTH+PJM

»siete;

La habitación es tan espesa por el calor.

El sol lentamente calienta la habitación, arde en oleadas a través de la ventana, y la pequeña cama gemela en la que nos acostamos está empapada de sudor y otras cosas. Incluso las gotas de sudor en mi cuerpo se sienten calientes.

No nos estamos abrazando exactamente. Este no es ese tipo de sexo. Es casi como, él necesitaba sacar algo de su sistema, él me usó para hacerlo, y ahora solo estoy acostado aquí junto a él en esta sofocante caja de calor.

No es que no me sienta bien; Lo hago. Me siento eufórico. Me siento increíble. Me siento... sin aliento.

Taehyung se sienta repentinamente, y veo como hace algo que debería haber hecho hace horas. Manejando su cuerpo, girando a la izquierda, girando a la derecha, tirando de sus mangas, se quita esa camisa ajustada y la arroja a través de la habitación, luego se recuesta. La cama se sacude cuando su cuerpo se detiene a mi lado y él pone sus manos detrás de su cabeza. Por supuesto, su axila está justo en mi cara.

— ¿Debería... irme? —Finalmente digo, sintiéndome incómodo.

— Nah. ¿Por qué?

— ¿No son tus, uh, padres...?

–– Trabajan. Estoy aquí todo el maldito día hasta que... —Él cambia su cuerpo. Siento todo el peso y los músculos de su costado presionándome mientras se inclina para mirar el reloj—. Otras dos horas. Hacer el césped de todos ustedes es como una maldita bendición. Mierda es tan aburrida como joder aquí.

Él maldice mucho. Me pregunto si eso esbalgo del ejército.

— ¿Entonces... siempre lo has sabido?

— ¿Saber qué?

— ¿Qué te gustan... los chicos?

— Nah, nah, eso no es todo. No quiero gustarles, enamorarme y hacer toda esa mierda gay. Sin ofender. Ni siquiera sé si lo de esposa e hijos es lo mío. Todo lo que sé es que solo necesito sentir que mi vida tiene un propósito. En el ejército, siento que tiene un propósito. Ahí, sé lo que estoy haciendo. Siempre hay un plan. Y cuando ese plan falla, hay un plan de contingencia. Es un caos, pero es un caos que conozco y entiendo. Claro que la mierda es mejor que sentarme en mi trasero todo el día y... que mis padres me miren como si ni siquiera me conocieran más.

— Ningún problema.

— ¿Eh?

— Ofensa, —aclaro—. Quiero decir, no me ofendí por lo gay.

Él resopla, o tal vez es solo el sonido de su respiración—. Lo que sea, joder todo. Solo me gusta sentirme cerca de alguien de vez en cuando.

— Pero... ¿no es un poco más que eso?

— Realmente no. No sé.

— ¿Acabas de... joder algo?

— Sí.

— Está bien. —Me siento y me levanto de la cama caliente, proporcionando poco o ningún alivio a mi aumento de la temperatura—. Recuérdame cuando sea tu cumpleaños para poder comprarte una bola de bolos. Tú eliges cuál de sus tres hoyos para joder. —Me muevo hacia el pasillo.

Él llama desde su habitación—. ¿A dónde vas?

Encuentro mis pantalones cortos de baloncesto en el suelo donde los había dejado caer. Sentirme un poco cohibido al estar desnudo en el estudio con las ventanas de cristal gigantes, no es que alguien en el mundo esté observando desde su patio trasero, rápidamente me pongo los pantalones cortos. Cuando llego a la camisa en el mostrador, me recuerdan cómo había colocado cuidadosamente la camisa allí.