"Veo que entra una tormenta,
veo el suelo desmoronarse,
inicio de una reacción en cadena,
veo que entra la oscuridad,
veo que hay una voz aquí,
inicio de una reacción en cadena...
Es un juego peligroso."18/Octubre/2005
—¿Cómo me pides que este tranquilo? No me toques los cojones Horacio, por dios. —dice en un tono de voz alto.—Baja la voz, los vecinos son unos cotillas. —dice entre dientes
El pelirrojo con frustración pasaba sus manos por su cabello, resollando al caminar de un lado a otro en el jardín descuidado de la pequeña casa. El menor aunque se sentía mal de cortar el noviazgo no oficial, sabía que era lo mejor, no iba a usar más al pelirrojo, ya no había razón, no necesitaba sacar a Gustabo de su corazón.
— ¿Hice algo? —interroga con agobio palpable parándose en seco para mirar al ojos miel — ¿O hay alguien más? — se acerca para observar su reacción y así obtener la respuesta que sabía que no le daría con palabras.
Horacio lleva su mirada a otro lado. No quería mentirle, pero tampoco ser tan descarado de decirle que Gustabo, sí sentía cosas por él y por eso le dejaba. Si bien Horacio le había confesado lo que sentía por Gustabo a Germán y este había aceptado ser el clavo que sacaba al otro clavo, no creía que terminaría tan pronto.
— Espera.... Es por Gustabo ¿No es así? —toma la barbilla del menor haciendo que le mire — Es por él, te ha correspondido, por eso ahora me botas, ya no te sirvo ¿Verdad Horacio? —su tono es acusatorio.
—Germán yo.... —intenta bajar la mirada, pero el mayor le retiene con su agarre.
El pelirrojo suelta al menor, ezbosa una sonrisa forzada mientras sus ojos se hacen cristalinos. Y con razón, había caído en aquel juego que siempre evito, el juego más peligroso y dañino, el juego del amor. Sentía enfado consigo mismo, el plan principal era desvirgarle y botarlo como había hecho con varios, pero cayó en el encanto de aquella hermosa mariposa, que creyó podía ser suya, pero su vuelo iba a otro campo, en el campo de Gustabo García.
— Perdón, pero no puedo seguir usándote, yo te dije lo que sentía y tu aceptaste....
— Claro, me queda claro que es mi culpa por abrirme a ti. — una lágrimas rueda por su mejilla y la limpia rápidamente.
— Yo intente enamorarme de tí, creeme lo intente, pero no lo conseguí, te quiero, pero es muy diferente a lo que siento por Gustabo.
— Pero la ropa, los regalos, las salidas y los fajes bien los disfrutaste ¿Verdad? Mientras Gustabo te hacía caso, tu disfrutabas y te aprovechabas de mí. —vuelve a hablar alto, queriendo exhibirle.
— Baja la voz, por favor, sabes que me puedes meter en una bronca si los vecinos le dicen algo a mí...
— ¡Ay por dios Horario! Es más que obvio que te gustan los hombres, seguro que lo saben.
— Cállate, por favor. — súplica el menor.
—Que sepan que Horacio, anda con la gente para sacarle cosas.
— Deja de hablar en ese tono, sabes que no es verdad eso, yo rechazaba tus regalos y si tanto son el problema, te los devuelvo.
— ¡No es eso lo que quiero!
— ¿Entonces qué quieres?
— ¡A ti Horacio!
Germán con una mano toma con fuerza del mentón al pelinegro y lo besa de manera violenta. Su brazo libre coge el cuerpo del menor atrapandolo, evitando que se alejará. Horacio luchaba por salir del agarre, golpeaba el pecho del pelirrojo, pero la fuerza de esta era mayor. El menor estaba asustado, sí los vecinos iban con el chisme a su padre, sería su fin.
...
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✧ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀᴅ ✧
Fanfic¿Qué hizo a aquellos chicos salir de su ciudad natal? ¿Qué los hizo tener que huir una segunda vez? ¿Cómo saldrían vivos de los demonios de aquel rubio? ¿Puede un chico de cresta salvarle con amor, cariño? Gustabo siempre tan frío, fuerte, sabe jug...