IV

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Martes 3 de Septiembre

Leah

— Leah, hey, enana, levántate -escuché la voz de Harry. Negué ligeramente, aún con los ojos cerrados, y me di la vuelta dándole la espalda a Harry-. No seas floja. Louis estuvo llamando por unos diez minutos y tu celular estaba en vibración -me movió el brazo.

Al escuchar aquello me levanté de un salto.

— ¿Qué hora es? -le pregunté. Él apretó el botón de mi celular para ver la hora y volvió a bloquearlo.

— 7:36am. Estás tarde. Ya levántate, báñate y vístete -caminó hacia la puerta.

— ¿Y tú? ¿Por qué no me despertaste antes?

— Yo me puse alarma en el celular a las 6:00am para salir a trotar un poco, ya sabes, como siempre -asentí.

— Me hubieras despertado, tonto.

— Sigues perdiendo tiempo... -me miró burlón. Abrí los ojos a tope.

— ¡Ya sal de mi habitación que tengo que vestirme! -le grité y corrí a mi closet. Escuché su risa.

— Louis no está feliz... -y salió.

— Seguro que no lo está -susurré para mí.

Cogí mi ropa interior y entré a mi baño. Hice mis necesidades y encendí la ducha mientras me cepillaba los dientes. Después de una ducha extremadamente rápida, sequé mi cuerpo, me puse la ropa interior y, con una toalla en el cabello, salí hacia mi closet. Cogí mi uniforme, dejando su respectivo saco sobre mi cama, y me vestí.

Bajé las escalera en dirección a la cocina y ahí estaba Harry con un vaso lleno de jugo de manzana, creo yo. James estaba molestando a Alison, la cual estaba llorando, y mi madre hacía el cereal de James y la comida de Ali.

— James, deja de molestar a Alison, qué mal hermano eres -me acerqué a ambos y saqué a Ali de su trona para bebés. Escuché la risa de Harry-. Tu cállate que también eres mal hermano -frunció el ceño. Esta vez mi madre rió.

— Estás tarde, Leah -habló mamá.

— Lo sé, lo sé. Alguien -fije mi vista en Harry, enfatizando la palabra-, no me despertó.

— Yo no tenía por qué despertarte -alzó ambas manos.

— Tiene razón, hija. Harry no debe despertarte. Tu eres la responsable de eso -dejó los cereales de James frente a él y la comida de Ali en su trona.

— Lo sé, pero... -mi madre levantó su mano en dirección a mí, dándome entender que me callase.

— No hay peros. Es tu responsabilidad y aquí acaba el tema.

Sumisa asentí y luego de dejar a Ali, quien ya estaba calmada, me dirigí a la heladera para sacar la jarra de jugo de manzana. Saqué un vaso de la alacena y serví el jugo. Guardé el jugo poniéndolo nuevamente en el refrigerador y me senté junto a Harry.

— Eres malo -hablé.

— Agradece que al menos te llegué a despertar, sino seguirías durmiendo -callé y seguí tomando mi jugo-. ¿Gracias? -lo miré mal.

- De nada -dije con una sonrisa cínica.

- Leah... -me miró mamá.

- Mamá... -ella levantó una ceja-. Vale, vale. Gracias, Harry, por despertarme.

- Si, de nada -esta vez fue él el que sonrió cínico para luego levantarse-. Provecho familia, me voy a aprontar la mochila.

- ¿Irán con Louis, a pie o quieren que yo los acerque? -habló mi mamá antes de que Harry se vaya.

Tres en Uno - Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora