XVI

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Viernes, 20 de Septiembre

Leah

— Leah... -saludó al verme al otro lado de la puerta-. Louis está castigado -asentí.

— Lo sé, pero quería agradecerle por lo que hizo, ya sabes, defender mi honor -intenté aligerar la situación pasada el día anterior con una sonrisa.

Johanna me miró con una combinación de reproche y alegría, para luego abrir por completo la puerta de su casa y dejarme pasar.

— Está arriba en su habitación. No más de las diez, Leah.

— Claro, gracias -le regalé una sonrisa y comencé a caminar hacia mi destino.

Eran alrededor de las 19:30pm y se me había ocurrido aparecerme en casa de Louis, en vista de que no había ningún plan de viernes por la noche el día de hoy. Habíamos pensado en hacer algo a principios de la semana, pero luego de la pelea de ayer y que Louis y Harry fueran castigados, decidimos no hacer nada.

Tras subir las escaleras y caminar hasta la puerta cerrada de la habitación de Louis, pensé en si debería tocar o no la puerta. Hice una mueca y la abrí sin tocar, de otro modo, mi presencia no sería una sorpresa.

Lo primero que vi fue la cama de Louis, pero sin un Louis sobre ella. Di una mirada rápida alrededor, y tras no encontrarlo ahí, supe al instante la razón por la cual mi mejor amigo no se encontraba en su respectiva habitación. Antes de llegar a su habitación, noté el sonido de la ducha del baño del pasillo, así que probablemente se estaba dando un baño. El pantalón de pijama de Louis estaba perfectamente puesto sobre la cama, como para entrar y ponérselo directo.

Me tiré sobre la cama y saqué el celular para hacer tiempo hasta que terminara su ducha. No pasaron ni cinco minutos hasta que la puerta se abrió, dejándome ver a un Louis con el cabello mojado, el torso mal secado, una toalla en su mano y vestido únicamente por unos boxers grises. Frunció el ceño al verme ahí y caminó con lentitud, sin apartar su vista de mi persona, hacia los pantalones sobre la cama.

Con un movimiento de cabeza, me dio a entender que me preguntaba qué hacía yo ahí. Me encogí de hombros antes de responder.

— Quise venir, charlar y ver cómo te encontrabas -le sonreí, a pesar de que su pómulo y hombro morado no me dejaran hacerlo con total honestidad.

Después de estarme analizando por unos segundos sin decir palabra alguna, cogió sus pantalones de pijama y se los puso ante mi curiosa mirada debido a su silencio.

— Harry me contó lo que pasó -dije una vez sentí que el tiempo que llevábamos en silencio era demasiado largo. Solo recibí un pequeño gruñido como respuesta -, pero no vine a hablar de eso -mentí.

Era curiosa, mucho, demasiado, y tener solo un punto de vista de la situación no era suficiente para mi persona. Además de brindarle compañía, tenía en mente hablar de lo que había pasado el día anterior, pero si eso le disgustaba, podía abstenerme y hacerlo algún otro día.

Louis, por su parte, seguía sin decir palabra alguna. Tras ponerse sus pantalones, se dedicó a organizar todas las cosas que tenía sobre la cómoda, lo que me daba a entender que, claramente, mi presencia no había sido la mejor sorpresa. Intentando ocultar un puchero, me levanté de su cama y me acerqué a él.

— Lou... -hablé en tono bajo y le rodeé la cintura con mis brazos, apoyando mi cabeza en su espalda, casi en el lugar en el que su nuca y espalda conectaban-. Entiendo que no quieras hablar de ello, no te obligaré, pero, por favor, no me apartes.

Tres en Uno - Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora