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UNA, DOS... NOCHES SIN LUNA

Créditos: DYFM

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Créditos: DYFM

Misterio/terror




Llevaban cerca de media hora en la carretera, las ventanas estaban casi cerradas y por el filo entraba un poco de aire... por tramos olía a humo o algún animal muerto. Cuarenta minutos ella permaneció en la misma posición taciturna, su mirada estaba fija en el camino y sus ojos un poco hinchados.

Él así mismo, tenía los ojos fijos en el camino que estaban por recorrer. De a ratos miraba sus manos sobre el volante, ya habían dejado de temblar. Cuando dejaba de mirar sus manos, se volteaba a verla a ella, tenía la necesidad de que Hanji lo mirase y de ahí hacerle saber que estarían bien en cuanto llegaran al pueblo o ciudad más próxima.

La carretera parecía eterna... nada de vida asomaba.

Pero Hanji, a su lado, no daba señales de poder salir de su estado. Estiró un poco el brazo para tomar su mano pero ella se rehusó al contacto sin cambiar su expresión.

-Tsk. No me estás ayudando en nada, por lo menos mírame-. Fue bajando la velocidad para poder mantener un poco de atención de ella.

-¿Te parece poco con que me quede callada? -. Su voz fue dura y contundente. Aunque sus ojos demostraban miedo.- Es lo único que puedo hacer por ti en un momento como éste.

No escogieron la mejor hora del día para regresar, las circunstancias no eran para nada favorecedoras, su noche casi rayaba las doce y en el camino había una neblina espesa.

-Tu silencio no es el mejor del mundo tonta cuatro ojos, no con ello consigues solucionar el problema-. Pisó de nuevo el acelerador y volvió la vista al frente. Tenía problemas de visualización porque el farol izquierdo estaba trabajando a mediana potencia, la luz de la luna no era mucho por lo que no podía desperdiciarla.

Hanji bufó ya hastiada de ver a su alrededor solo oscuridad y arboleda. Tenía dos cigarrillos en el bolsillo del abrigo, los sacó y los arrojó por la ventana. Lo único que deseaba era meterse bajo las sabanas de una cama para poder olvidarse de una vez por todas de aquel pueblo.

-Erwin dice que es bueno hablar con alguien de confianza acerca de sus problemas o dolencias que le aquejan-. Dijo Levi. Su voz era más calma que hace unos minutos. -Puedo intentar escucharte.

-Erwin no está aquí.

-Te prometo que estaremos con él, Hanji-. Le dijo tendiéndole la mano, ella accedió esta vez al contacto, su mano fría impactó contra la suya. Hanji agachó la cabeza dejando por sobre su rostro el cabello enmarañado.

-¿Lo prometes? -. Preguntó asomando los ojos de entre las espesas hebras de cabello.

-Sí-. Le respondió con mayor firmeza y convicción.

𝑹𝒆𝒍𝒂𝒕𝒐𝒔 𝑳𝒆𝒗𝒊𝒉𝒂𝒏 ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora