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N/A: Este pequeña historia de relato viene siendo parte de "El sabor del Adulterio" y si no haz leìdo esa historia, pues, no importa porque puedes seguir leyendo el presente... y los que conozcan la historia sabràn igual el paralelismo.

Lo coloco aquì porque no està contemplado dentro de la lìnea de la historia de origen.





ANIVERSARIO

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Confort/Romance










Hanji examinó de nuevo el punto rojo en el dorso de la mano de su hijo. Repasó con el pulgar encima del mismo punto donde antes la enfermera lo hincó con el catéter, pero no logró agarrarle la vena para conectarlo. Miró a su pequeño que tenía los ojos rojos e hinchados de llorar por tanto tiempo puesto que no era el primer intento, el segundo para ser exactos, además de que le fue inyectado en el glúteo un medicamento para contrarrestar el vómito. Lo volvió a mirar; sabía que estaba cansado de estar allí, y por estar enfermo se ponía aún más irritable.

El pequeño no había dormido ni bien en toda la madrugada por el malestar y la fiebre, sumado a que luego presentó disentería: Hanji le dio a beber en pocas cantidades suero oral que preparó, sin embargo, se complicó la situación cuando empezó a vomitar siendo imposible ahora el suministro del mismo.

Llegaron al hospital infantil a primeras horas de la mañana, esa mañana fría de invierno.

La enfermera regresó a la habitación con un nuevo catéter. Levi entró tras ella, casi respirándole encima por la cercanía con la cual observaba cada movimiento de su trabajo. A él no le hacía gracia alguna que llevara dos intentos fallidos para hincar la vena correctamente; el pinchazo y la sangre desperdigada solo lograban desmejorar a su hijo.

—Vamos Dave... solo... solo un piquetito más, es como un mosquito ¿Si? ¿Sí, mi bebé? Solo una más te lo prometo. Luego ya estarás sano y ya no vomitarás ni harás popis tan feo. Si eres fuerte ahora después iremos a comer helado. Sí, por favor... solo uno más—. Inquirió Hanji, tratando con palabras dulces de que su hijo dejara de moverse inquieto porque vio a la enfermera con la nueva aguja.

El niño movía la cabeza de un lado a otro reiteradamente, inquieto, se movió bruscamente que Hanji necesitó que Levi la ayudase sujetándole las piernas para poder inmovilizarlo.

—No... no... mami, no quello ya no quello—. Movía la cabeza de un lado a otro en forma de negación.

—Uno más, solo una más. ¿sí?

𝑹𝒆𝒍𝒂𝒕𝒐𝒔 𝑳𝒆𝒗𝒊𝒉𝒂𝒏 ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora