Capitulo 12

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Gracias por todos sus comentarios!

EDITADO SEPTIEMBRE 2024

Sin más, los dejo!

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CAPÍTULO DOCE

Todo había sucedido demasiado rápido, desordenadamente.

Un discípulo de secta Wen anunciando el inicio de la competencia de tiro con arco mientras los líderes de secta se sentaban uno junto al otro, con miradas casi idénticas de desagrado ante aquel joven sentado entre ellos como si fuese uno más. Como si estuviese a su nivel.

Wen Chao sonreía con satisfacción, sabiendo perfectamente que ninguno podría hacer nada para correrlo, su propio padre sentado más lejos, en lo alto, superior y poderoso.

Sí, nadie se atrevería a ponerse contra la secta Wen.

Al mismo tiempo en que aquel discípulo anunciaba el comienzo de la competencia, tres personas llegaron apresuradamente, su atraso y desorden llamando la atención de todos a su alrededor mientras se paraban junto al resto de discípulos.

Wei Wuxian corrió junto a Lan Wangji, ambos atrasados y sin respetar la formación dividida por las sectas de cultivo, y casi ignorando deliberadamente que, de hecho, no pertenecían a la misma secta.

La tercera persona que llegó atrasada fue Wen Ning, su llegada casi desapercibida ante el bullicio de los otros dos, su hermana no estaba a la vista. Y había una cuarta persona que no estaba por ningún lado.

Jiang Cheng estaba realmente dispuesto a perderse la competencia por una razón aún más importante.

Pero todo esto, realmente, tenía una explicación totalmente aceptable. Todo se remontaba a minutos, tal vez horas, quizás días antes.

***

Ya habían llegado a Qishan, pero la confusión y la preocupación habían plagado la mente de Lan Wangji por días, porque su madre se había comportado más silenciosa de lo habitual, su rostro haciendo muecas que no estaba acostumbrada a hacer.


Y su molestia solo había aumentado.

Nadie tenía permitido insultar a la mujer más importante de su vida.

Incluso Wei Wuxian se había enterado, y junto a Jiang Cheng habían buscado inútilmente al hombre que se había atrevido a hablar mal de su madre.

—Lan Zhan, encontraremos al que insulto a tía Lan —intentó tranquilizarlo Wei Wuxian.

Jiang Cheng asintió con la cabeza—. Y le romperemos las piernas.

Ellos se habían involucrado en una búsqueda inútil, por días habían buscado a un hombre que finalmente no sería encontrado. La preocupación y angustia llenaba el corazón de Lan Wangji, mientras el comportamiento taciturno de Madame Lan se extendía durante días.

Y sería esa misma preocupación la que días más tarde, provocaría que tanto Wei Wuxian como él se perderían en su camino a la entrada del campo de tiro con arco.

—¿Por qué es tan difícil recorrer este lugar? Es como un laberinto.

—Mnn.

—Por supuesto que sí, ¡alguien debería guiarnos! —añadió mirando a su alrededor, y cuando sus ojos se fijaron en un blanco de tiro que estaba abandonado, no pudo quitarse el repentino sentimiento de que algo estaba mal. De que algo faltaba.

Casi como si en esos momentos debiese haber alguien allí.

Ellos siguieron caminando, sin notar que a diferencia de en otra vida, esta vez ningún excelente arquero estuvo allí para señalarles el camino.

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