Segundas Oportunidades

Capitulo 15

Volvi!

Lamento la demora, pero ya estoy de vuelta!

EDITADO EN SEPTIEMBRE 2024

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CAPÍTULO QUINCE

La mirada de Bai Xia seguía volviendo a su joven hija cada poco segundo, sus labios se alzaban involuntariamente en sus comisuras mientras la preocupación abandonaba su corazón. Varios minutos habían pasado, y ella podía notar que su hija finalmente había llegado a un acuerdo con sus sentimientos.

Las memorias de sus dos vidas ya no chocaban entre sí, y su mente ya no le señalaba las diferencias. La mente de Wen Qing había logrado llegar a una armonía al mismo tiempo en que una inquietud comenzaba a surgir en la mente y corazón de su hija.

Wen Qing le pedía a los Dioses por la protección de su familia, y aunque Bai Xia no era realmente la receptora de aquellas plegarias, también las tomo en su corazón.

Ella protegería a la familia que con esfuerzo había construido.

Así que con el corazón ligeramente más aliviado, observó con una sonrisa involuntaria como los jóvenes conversaban en voz baja.

Sus voces lo suficientemente bajas como para que llegasen casi ininteligibles a sus oídos, sus cuerpos inclinados hacia el otro en una señal de confianza e intimidad que hacía su sonrisa crecer. Bai Xia podría haber dicho algo, podría haber bromeado sobre las mejillas ligeramente sonrojadas de los jóvenes mientras conversaban tan cercanamente, pero el sonido de la puerta de entrada siendo abierta se dejó escuchar. Y eso solo podía significar una cosa.

Rápidamente se dio cuenta de que ella no fue la única que lo notó.

Wen Qing se levantó con urgencia, repentinamente olvidando que se había desmayado hace poco, olvidando incluso que hace solo unos segundos su mente estaba luchando para acomodar dos vidas en una sola.

De hecho, olvido absolutamente todo menos a la persona que atravesaría por esa puerta y en solo unos segundos estaría frente a ella. Se sentía como demasiado tiempo desde que lo había visto, e incluso unos pocos segundos eran demasiados para esperar sentada pacientemente.

Ella simplemente necesitaba poner sus ojos sobre su pequeño A-Ning.

Sus piernas se sentían ligeramente inestables mientras la llevaban hacia la otra habitación, la urgencia rodeando su corazón con un anhelo tan grande que por un segundo estuvo segura de que comenzaría a llorar al tener a A-Ning frente a ella.

Y así fue.

No notó a su madre siguiendo sus pasos de cerca, pero sí notó el cálido pecho que se presionó contra su espalda y los brazos fuertes que rodearon su cintura en el momento en que su mirada se fijó en Wen Ning, porque de no ser por su persona especial sosteniendo su cuerpo, ella estaba segura de que habría caído al suelo frente a su hermano menor.

Sus piernas dejaron de sostenerla, y solo la fuerza de Jiang Cheng la sostuvo de caer al suelo, pero aquello no fue importante porque su mirada estaba fija en su hermano menor. Y por los Dioses, que su hermano dejase de mirarla con aquella expresión preocupada o ella estallaría en llanto inevitablemente. La mirada preocupada de Wen Ning solo se hizo más profunda, y solo entonces Wen Qing se dio cuenta de que sus mejillas se sentían inusualmente mojadas.

—A-Jie, ¿por qué lloras?

Ah, tal vez ella había estado llorando desde que había escuchado la puerta abrirse y quizá era por ello que su hermano la miraba como si estuviese derrumbándose justo frente a sus ojos. Solo que ella no se sentía como si su mundo hubiese terminado, al contrario.