Doce veces tú

Septiembre: Despedida

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Parte 9: Septiembre

Palabras: 2341

Beteado: princessqueen

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Doce veces tú

~Despedida~

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Marinette disfrutaba de la suave brisa de verano en su balcón y aunque ya no quedaban secuelas de su accidente, se había escudado en él para no hacer dos cosas esas vacaciones.

La primera era hablar con Adrien, y aunque sabía que no servía de nada que estuviera aplazando aquel hecho ya que al regresar a clases volvería a verlo en la universidad, por alguna extraña razón quería postergar esa charla con su amigo, si aún podía llamarse así, lo más que pudiera.

La segunda, era evitar un encuentro con la desagradable visita que sus amigas habían recibido desde Italia, pues Lila había vuelto a París, así que Marinette usó el pretexto de sentirse muy adolorida como para salir o recibir visitas, aunque estaba sufriendo por no poder ver a sus amigos, lo que más lamentaba era no poder ver a Lila...

Una risa rara escapó de su garganta, haciendo saltar en su lugar a Chat Noir, que estaba sentado en la protección del balcón.

—¡Me asustaste! —le reclamó, aunque lucía confundida al ver al chico, pues ni siquiera se había percatado de su presencia.

—¿Desde cuándo estás ahí? —preguntó, pero antes de que el rubio, algo nervioso por la pregunta, pudiera responder, ella sonrió de lado y agregó— ¿Y por qué no te has acercado a besarme?

Chat Noir iba a responder, pero esa respuesta lo dejó marcando ocupado. ¿Besarla? ¡Santo cielo! Lo que más quería era besarla, pero no, tenía que comportarse y hacer las cosas bien, pues se lo había prometido a sí mismo y no podía fallarse.

—No lo haré —respondió, acomodándose en la protección, sin mirarla —, porque me prometiste hacer algo y aún no lo has hecho.

Marinette apretó los labios, frunciendo el ceño.

—¿Otra vez con lo de Adrien? —protestó, y el superhéroe, sin descaro alguno, afirmó.

—Sí, otra vez —alegó, cruzándose de brazos—. Dices que me quieres, pero no eres capaz de arreglar las cosas con ese chico —al ver que Marinette no decía nada, continuó—. Si hubieras visto su cara, su semblante cuando estuviste en el hospital... Ese chico de verdad te quiere y que no lo enfrentes, me preocupa mucho, en realidad.

—¿Y por qué? —aquello realmente la desconcertó.

—¿Qué tal si hablas con él y te das cuenta de que aún lo amas? —aquella respuesta la perturbó—. Digo, por algo lo evitas tanto...