Diciembre: Oportunidad

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Parte 12: Diciembre

Palabras: 5749

Beteado: princessqueen

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Doce veces tú

~Oportunidad~

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El evento que se llevó a cabo en el Instituto de la Moda había generado en Marinette, la sensación de estar viviendo un cuento de hadas, esa en la que te cuesta creer que lo que se está viviendo es real, y no un loco y maravilloso sueño.

Para gracia de todos los presentes, la gala del instituto había salido perfectamente, y su vestido había resistido a todo el ajetreo de la presentación, ganándose las felicitaciones de varias compañeras y profesores por el exquisito diseño que había confeccionado, gracias a las telas que Chat Noir le había conseguido.

Adrien había estado con ella durante toda la pasarela y se la había pasado haciéndole cumplidos, sobre todo cuando la llevó hasta la panadería... pero como los únicos que esperaba y anhelaba escuchar eran los provenientes de su compañero Chat Noir, al llegar a su casa, subió hasta el balcón de su habitación, sin cambiarse, y esperó a que el chico apareciera para poder contarle todo.

Sin embargo, Chat Noir no apareció... Ni ese día ni el siguiente...

¿Le habría pasado algo? ¿Estaría enfermo? Recordaba que durante una de sus largas charlas de medianoche, él le había contado que vivía solo para que no se preocupara de que sus padres fueran a descubrirlo, así como también que trabajaba para costear sus propios gastos, por lo que era posible que solo estuviera trabajando y ese fuera el motivo por el que no podía ir a visitarla.

Pasó todo el fin de semana pensando en dónde podía estar el superhéroe y para colmo, como Hawk Moth estaba muy silencioso últimamente, no tenía la excusa de la aparición de un akuma para poder verlo y preguntarle qué era lo que estaba sucediendo.

Desconcertada como estaba, llegó a su centro de estudios con claras marcas debajo de sus ojos, producto de las pocas horas de sueño que tenía encima, por lo que casi no prestó atención en clases, ni mucho menos a la lista de críticas que sus compañeras realizaban sobre los vestidos de la pasarela. Adrien notó aquello a la hora del almuerzo, así que se acercó a conversar para ver qué era lo que sucedía.

Para suerte de él, Marinette aceptó contarle, pero a cambio le pidió salir del lugar e ir a otra parte por un batido de fresa y algo de chocolate. Ya en el lugar, con su batido y la porción de tarta que pidió, finalmente la chica aspiró profundo para iniciar su relato.

—Verás... —dijo con algo de duda en sus palabras, pues no podía obviar los sentimientos de Adrien en ese momento—... sabes que me gusta alguien —al ver la afirmación del chico, Marinette continuó —. Este chico ha sido una parte muy importante de mi vida —sonrió, ladeando levemente la cabeza—. Mucho de lo que soy, se lo debo a su compañía, a sus palabras, a su apoyo. Él ha visto mi mejor lado y también el peor, y aun así se queda conmigo, me acompaña, me protege y está dispuesto a todo con tal de que salgamos bien librados de nuestras aventuras.

Doce veces túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora