A M O N 4; Iwaoi

198 22 22
                                    

Parejas (o no): Iwaoi (Iwaizumi x Oikawa)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Parejas (o no): Iwaoi (Iwaizumi x Oikawa).

AU: Mundos paralelos, sci-fi.

Advertencia: Aparición de temas violentos y pensamientos suicidas.

Fin de A M O N.

Cada vez que abría los ojos de nuevo, Oikawa sentía que había despertado de un sueño extraño y demasiado realista

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cada vez que abría los ojos de nuevo, Oikawa sentía que había despertado de un sueño extraño y demasiado realista. Los ojos se le pegaban a los párpados y sus pestañas marrones se enredaban y juraban que no lo dejarían volver a observar el mundo. Sus labios se encontraban secos, aunque quizá se debía a que siempre que dormitaba respiraba por la boca. O por el frío gélido que le calaba los huesos como un manto de humedad.

En aquella ocasión, y tras muchos intentos fallidos, pudo distinguir la realidad de la simulación. Tal vez fue así por la experiencia, tal vez fue así por el recuerdo de unos sucesos demasiado vívidos como para poder deshacerse de ellos y perderse en la infinidad de universos en los que Oikawa e Iwaizumi aún eran medianamente felices...

Al final, lo único que importaba era abrir los ojos y observar el arrugado rostro de Zenn, la única científica que quedaba con vida que podía dominar el intermundus, para saber que se encontraba en casa, en su maltrecho y deshilachado hogar que pronto se vendría abajo tras tantos intentos fallidos.

—Me encuentro bien, Zenn; no es necesario que te preocupes por mí y pongas cara de lástima. La culpa es mía y lo que sufra será lo que merezca.

—Eres un imbécil, Tooru. Deja de comentar esa basura y céntrate de una vez. Deberías poseer más tolerancia que nadie a la contaminación del intermundus.

Oikawa ladeó la cabeza en dirección a Iwaizumi, quien seguía protestando sentado en el alféizar de la ventana rota de la misma manera que cuando eran unos niños, aunque los asuntos que trataban eran mucho más graves. Por un segundo, sintió la ternura del preadolescente que había revivido tantas veces en lo más profundo de su corazón. Luego, la amargura de la realidad calló cualquiera burla de su parte. Observó su cuerpo retenido en el intermundus, la infinidad de cables que rodeaban su traje negro de fibra compacta y el líquido en el que flotaba hasta los hombros. No podía levantar los brazos, pero supo que su piel se estaba despellejando.

Color Club: Mint; Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora