Flores

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【Fictober, Día5: Flores】

𝘚𝘩𝘪𝘱𝘱: 𝘚𝘱𝘪𝘳𝘪𝘵𝘸𝘰𝘭𝘧, 𝘋𝘢𝘯𝘪𝘦𝘭 𝘋í𝘢𝘻 𝘹 𝘊𝘩𝘳𝘪𝘴 𝘌𝘳𝘪𝘬𝘴𝘦𝘯

—''𝒪𝒽 𝒸'𝓂𝑜𝓃, 𝓁𝑜𝑜𝓀𝓈 𝓅𝓇𝑒𝓉𝓉𝓎 𝑜𝓃 𝓎𝑜𝓊!''

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Era un día común de invierno, pero desde hace días todo parecía mejorar para Chris o tal vez simplemente se volvía mas soportable gracias al nuevo escape de todas las situaciones domesticas que llegaba a tener.

Después de algunos días de estar en casa pasándola bien con Daniel, ya sea dibujando o jugando a ser superhéroes él deseaba salir a explorar un poco, nada realmente lejano pero estar en casa solo casi todo el día comenzaba a parecerle aburrido.

Recordaba que había un lago cercano a su casa, no planeaba nadar ya que en esta época del año probablemente se congelaría al tocar el agua, tal vez simplemente sentarse en una roca y tomar un poco de inspiración, pero ir solo tal vez sería demasiado aburrido.

Entonces con sus cosas preparadas, algo para comer por si tenía hambre, dos cajas de jugo y su cuaderno de dibujos junto a lapices de colores se dirigió a casa de Los Reynolds.

Tocó el timbre una vez al llegar, no tardó demasiado en ser atendido por Daniel, quien al notar que se trataba de el no evitó mostrar algo de emoción.

—¡Daniel! ¿Te gustaría acompañarme a una aventura?

—¡Si! Pero debo preguntarle a la abuela.

—Yo me encargo... ¡MS REYNOLDS ¿PUEDE SALIR DANIEL A JUGAR?!

—¡NO SE ALEJEN DEMASIADO! —Mencionó Claire desde la sala mientras leía un libro, sin sacar su cabeza de este.

—Iré por mis zapatos y un abrigo.

Cómo Daniel mencionó se fue por unos cuantos minutos regresando con sus botas de nieve puestas junto a un abrigo de color rojo, entonces estaban listos.

Después de prometer llegar antes de la cena ambos se embarcaron al lago, no era un lugar bastante lejano como para ir en auto así que fueron caminando.

—¿A donde es que vamos? 

—No lo sé, nadie le ha puesto nombre.

—¡Ooh! Podemos pensar en algo genial para bautizarlo.

—¡Si, eso sería increíble! ¿Tienes alguna idea?

—No realmente, pero se nos ocurrirá algo.

El camino pareció volverse tan corto entre los comentarios de Daniel sobre lo que se imaginaba del gran lugar en el bosque y los pequeños chistes que se hacían mutuamente, realmente no se necesitaba demasiado para pasársela bien.

—¡Aquí es! —Chris corrió con su canasta en mano, era un lugar muy lindo con un hermoso campo de flores con frondosos árboles y un pequeño lago, parecía mas una laguna realmente. 

—¿Es aquí? No sabía que había lugares tan lindos. 

—Un día lo encontré cuando exploraba, desde entonces vengo aquí cuando me aburro estar en casa y ahora ¡Puedes venir conmigo siempre que quieras!

Ambos realmente disfrutaban el paisaje, no había mucho que hacer mas que llenarse de paz lo cual bastaba realmente, sentados entre las Dalias, Hortensias y Crisantemos disfrutaban sus cajas de jugo, Daniel tomó prestada la libreta de dibujos de Chris mientras tanto Chris preparaba un obsequio ahí mismo. 

—¿Que es lo que dibujas? —Preguntó Chris mientras tomaba algunas de las flores y empezaba a hacer un arreglo con ellas.

—¡Un lobo! Adoro los lobos —Entonces lanzó un gran aullido asimilando a un lobo, lo que terminó espantando a algunas aves que reposaban en las ramas de los arboles.

El realmente lucía emocionado por mas que mencionara que el dibujo no era su fuerte deseaba ver el resultado.

Chris terminó en lo que estaba trabajando mientras Daniel parecía seguir concentrado en el dibujo, así que de una manera sorpresiva en forma de presente colocó una de las coronas de flores en la cabeza de Daniel y la otra en la suya.

—Oh ¡Luces lindo! —Daniel mencionó dándose cuenta de las flores que adornaban el rubio cabello de Chris, hasta que notó que un par de pétalos caían de su cabello

—También hice una para ti, ahora ambos tenemos coronas de flores.

—Yo me veré torpe con una, paso.

—¡Vamos Daniel! Luce muy lindo en ti, no eres torpe.

Daniel no evitó sentirse apenado y para evitar que Chris lo viera usó la libreta para cubrir su rostro.

—C-Como sea Bueno, gracias por el adorno de flores.

—Me alegra que te gustara, mamá me enseñó a hacerlas.

Entonces ambos se dieron cuenta que llevaban un buen rato en el bosque, aun no era hora de la cena pero tal vez era hora de volver.

—¿Crees que sea hora de regresar? No quiero preocupar a Claire.

—La abuela estará bien, tal vez quisiera... quedarme un poco mas.

Fictober - 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora