Fictober - 2020

Magia

【Ｆｉｃｔｏｂｅｒ，　Ｄíａ　３１：　Ｍａｇｉａ】

𝘚𝘩𝘪𝘱𝘱: 𝘋𝘢𝘯𝘪𝘦𝘭 𝘋í𝘢𝘻 𝘹 𝘊𝘩𝘳𝘪𝘴 𝘌𝘳𝘪𝘬𝘴𝘦𝘯

—''𝐵𝑜𝓎, 𝒹𝑜 𝓎𝑜𝓊 𝒷𝑒𝓁𝒾𝑒𝓋𝑒 𝒾𝓃 𝓂𝒶𝑔𝒾𝒸?''

Antes de comenzar: Ultimo día ¿Pueden creerlo? Han sido 30 drabbles seguidos, realmente estoy agotadx pero feliz de no dejarlo abajo, espero hayan disfrutado estas historias hechas con mucho cariño.

✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷✶✷

Siempre fue un creyente, no de la vida, si no de las promesas.

Una idea bastante ortodoxa si lo pensaba bien, ya que no podría conseguir una verdadera respuesta de esa forma, solo consuelo pero nada seguro.

Pero tener fe ciega lo llevó lejos, logró sentir el cielo y el infierno por su piel a lo largo del tiempo, las lágrimas derramadas ¿Valieron la pena realmente? ¿Era suficiente pago los roces a medianoche cuando la luz de lunar era lo mas brillante de su velada? 

Nunca pensó en eso, siempre pensó en el rostro de su amante secreto como una obra de arte ya que se volvió su adicción, no podía evitar pensar que este tenía una magia inigualable.

El recuerdo de su primer beso se mantenía como un recuerdo cercano por mas tiempo que transcurriera, la manera en la que sus manos fueron tomadas para mostrar una tímida mirada ante la duda de lo que seguía y solo sentir que ascendía a las estrellas cuando sus labios hicieron un contacto, llevándose con el las mantas que cubrían cualquier evidencia de ese acto.

Todo voló tan rápido, los momentos arcaicos eran eternos pero las experiencias llenas de felicidad lucían fugaces, ya no eran los mismos chicos que jugaban a los superhéroes en el patio trasero, tampoco los torpes adolescentes que sufrían por no encontrar la manera adecuada de hacer una invitación al baile de bienvenida.

Los cabellos castaños buscaban ocultarse de una manera en la pequeña habitación llena de piezas de arte, de una forma tan torpe que terminó llamando la atención escandalosamente.

—No puedes estar aquí mientras trabajo Dany. —Sus ojos nunca abandonaron la pintura en la que trabajaba, siendo tan dedicado no podría permitirse pestañear.

—Oh vamos, la cena esta servida, deberías descansar un poco ¿No crees? Solo es un pequeño escape.

—¿Tu? ¿Cocinar? Bueno, estoy interesado.

La picardía de Daniel cautivó a Chris, no era la primera vez pero sin duda lo seguía haciendo muy feliz. 

Apartó sus cosas de arte y acompañado de su compañero de crímenes dio pasos a la cocina para encontrarse con... ¡Nada!

 —Te mentí, ordené Pizza. —Daniel besó la mejilla de Chris antes de abrir la caja de la comida rápida y servirle una rebanada del alimento con pepperoni y tocino.

—Si, sonaba demasiado bueno para ser verdad. —Se resignó a lo obtenido y le dio una mordida a la rebanada, tratando de no hacer un desastre con el queso derretido el cual aún estaba demasiado caliente.

—Hace mucho que no teníamos una cena romántica, tu, yo, el reloj perturbador que nos regaló Claire.

—No es lo que me hubiera gustado pero, es lindo comer en el apartamento, sigue siendo mejor que la cita en Six Flags.

—¡No puedo creer que le vomitaras a una anciana desde la montaña rusa! ¿Como sucedió eso? 

Chris parecía molesto con la mención del tema pero prontamente la risa contagiosa de Daniel lo hizo no sentirse tan mal por la mención del recuerdo.

El ruido de la gran ciudad acompañaba a sus conversaciones sobre recuerdos que volvían a sus mentes, tenían una larga historia que estaba ansiosa por continuar, quince años parecían pocos con los que restaban todavía.

—Creo que debo irme, esa obra debe estar lista pronto —Chris se levantó de la mesa pero Daniel lo detuvo con su telekinesis, le molestaba demasiado cuando hacía eso. 

—Antes de irte ¿No hay algo que tengas que decirme?

—Hoy te toca lavar los platos, tus llaves están en tu abrigo, no olvido nada... ¿Gracias por la cena? 

—¿Y? ¿Nada mas? 

—Deja de comer Chock-O-Crisp a escondidas, ya no tienes 11 —Chris jugó un poco con Daniel, sabía que lo buscaba pero bromear era divertido.

—Bien, como quieras. —Daniel tomó otra rebanada de Pizza y la mordió con algo de frustración.

—Te amo Dany, siempre lo haré. —Beso la frente de su contrario antes de regresar a la habitación donde estaba para continuar trabajando.

—¡Te amo también! —La declaración fue ahogada por los bocados que estaba masticando, aun así la intención fue la misma, siempre le hacía saber cuanto lo adoraba.


 
Seguir  siendo un creyente hasta el día de hoy seguía trayéndole felicidad, entonces que así sea.