𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕺𝖈𝖍𝖔

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𝔐𝔬𝔯𝔯𝔦𝔤𝔞𝔫

   –¡Potter! ¡Sinclair! –dijo la profesora McGonagall, algo enojada. La clase de transformaciones acababa de terminar, pero la profesora nos había hecho quedarnos un rato más y Harry y yo estábamos peleando en broma –. Ahora que Potter y Sinclair tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo a su edad –continuó–, tengo algo que decirles a todos ustedes.

  Harry y yo intercambiamos miradas ¿Más sorpresas?

  –Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los Tres Magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile solo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...

  Siguió explicando cosas relacionadas al baile, pero no presté mucha atención. Escuché algo de galas y diversión, pero mi mente ya estaba en otro lado; en qué me pondría. Obviamente tendría que comprar un vestido, los bailes no eran comunes en Hogwarts.

  McGonagall le pidió a Harry que se quedara un rato más, así que me quedé esperándolo en la puerta, mientras que Ron y Hermione se adelantaban para dirigirse a nuestra siguiente clase.

  –¿Qué te dijo? –le pregunté a Harry, mientras comenzábamos a caminar.

  –Dijo que necesito una pareja para el baile, pero no sé a quién invitar.

  –Si querés yo te ayudo a preguntarle a quien quieras. –Asintió, pero no parecía muy convencido ¿Tal vez no le gustaba la idea de que alguien más preguntara por él?–. Ni ganas de ir a clase.

  –Podríamos ir al campo de Quidditch –sugirió, y sonreí.

  Salimos corriendo tan rápido cómo pudimos para buscar nuestras escobas, esquivando salones y profesores, y, desde la torre de Gryffindor, volamos hasta el campo de Quidditch. Ningún profesor pareció vernos, todos estaban muy ocupados dando clase como para notar dos estudiantes que evadían sus lecciones para estar tranquilos un rato.

  Hacía bastante frío afuera, el invierno se había instalado en Hogwarts pintando todo de blanoc, y era un día ventoso, pero eso no nos detuvo

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  Hacía bastante frío afuera, el invierno se había instalado en Hogwarts pintando todo de blanoc, y era un día ventoso, pero eso no nos detuvo. Al menos ya había dejado de nevar y había un poco de sol. Probablemente nos resfriaríamos, pero ninguno de los dos dijo nada al respecto.

  –¿Querés jugar un partido? –preguntó, sacando una snitch de su bolsillo. Todavía no entendía de dónde la había sacado, pero siempre la llevaba en su túnica.

  –Dale –dije, atándome el pelo para que no me estorbara–, pero hagamos una apuesta –pensé un poco, hasta que se me ocurrió la idea perfecta– El perdedor tiene que invitar a su crush al baile de navidad.

  –Está bien ¿Lista? –asentí, y soltó la snitch, que salió volando a penas abrió sus dedos.

  Los dos fuimos a toda velocidad tras la pequeña pelota dorada. A veces la perdía de vista, hasta que veía un destello dorado que delataba su ubicación. Harry era buen volador, pero yo también, así que íbamos cabeza a cabeza. Ambos éramos muy buenos jugadores de Quidditch, por lo que sería más una cuestión de suerte que de habilidad ¿Quién la encontraría primero?

Star Crossed / A Harry Potter FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora