Star Crossed / A Harry Potter Fanfiction

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕹𝖚𝖊𝖛𝖊

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Esa mañana pusimos en marcha el plan en el que habíamos estado trabajando con los gemelos. Era un martes por la mañana y Draco y yo estabamos saliendo de nuestra clase de adivinación, cuando Fred y George se nos acercaron. El plan tenía que salir a la perfección, solo teníamos una oportunidad. A unos metros, Mia y Morrigan nos observaban disimuladamente, solo para poder ver la reacción de Draco cuando viera lo que estaba por pasar.

–¡Cami! –dijo, quién supuse que era George. No sabía cómo distinguirlos, y dudaba que en algún momento aprendería a hacerlo.

Draco y yo nos dimos vuelta, y él parecía listo para hechizarlo, incluso estaba acercando su mano al bolsillo donde estaba su varita.. Antes de seguir hablando, George sacó un ramo de flores de su bolsillo, y junto con las flores salieron pequeños fuegos artificiales. No habíamos hablado nada de eso, pero fue un lindo espectáculo, aunque fue pequeño.

–¿Te gustaría venir al baile conmigo? –preguntó, con una sonrisa.

Sonreí y miré a Draco por un segundo, parecía horrorizado por la escena y me sentí un poco mal por él, porque de verdad parecía estar creyéndolo. Ojalá funcionara. La mitad del plan dependía totalmente de cómo Draco se tomaría esto, y cómo reaccionaría.

–Lo voy a pensar –le dije a George con una sonrisa, aceptando las flores.

Me puse en puntitas para darle un beso en la mejilla y después seguí caminando. Draco tardó unos segundos en reaccionar y seguirme. Nunca lo había visto tan... conflictuado.

–No puedes ir al baile con un traidor a la sangre –dijo, entre sorprendido y enojado. Me molestaba un poco cuando se ponía así, cuando pretendía que podía controlar la vida de todos, incluyendo la mía.

–Primero, voy a ir con quien se me de la gana, segundo, te dije que dejaras de decir esas cosas –dije, ignorando su pregunta deliberadamente.

Resopló con disgusto, como si la idea de que yo fuera al baile con George le diera ganas de vomitar. Perfecto. Eso era exactamente lo que necesitaba.

No volví a hablar con Draco en lo que quedaba del día. Seguía bastante enojado, aunque también parecía estar planeando algo. Desaparecía de a ratos, y lo vi hablando con varias personas a lo largo del día, pero nunca me quiso decir de qué se trataba. Traté de no mirarlo mucho, en caso de que se diera cuenta. Ya habíamos hecho nuestra parte del plan, ahora solo nos quedaba que él reaccionara cómo habíamos planeado.

Estaba comenzando a creer que no iba a hacer nada al respecto, cuando, después de cenar, encontré una nota en mi cama. La letra cursiva era prolija, y se leía "Ve a la torre de astronomía" No estaba firmada, pero sabía bien de quién era, reconocería esa letra en cualquier lado.

Cuidando que nadie me viera, me escabullí por los pasillos para dirigirme hacia la torre de astronomía. Cuando llegué, Draco no estaba ahí, pero el piso estaba lleno de cientos de velas, que dejaban el espacio suficiente para caminar hasta un círculo en el centro de la torre, que estaba rodeado por flores de diferentes colores, desde rosas hasta azules. Todavía estaba intentando asimilar todo lo que me rodeaba cuando una suave música comenzó a sonar de la nada.

Volví a girar hacia la puerta, y en ese momento, Draco hizo su entrada. Se tomó su tiempo en avanzar hasta el centro del lugar, donde yo estaba. Usaba uno de sus trajes negros, y parecía bastante confiado, tenía el cabello peinado hacia atrás y el mentón alzado con suficienica. Cuando llegó, tomó mi mano para llevársela a los labios, y no pude evitar esbozar una sonrisa.

–¿Qué...? –comencé a decir, aunque ya tenía una idea de qué estaba haciendo ahí, pero él solo señaló hacia los enormes ventanales.

Giré y vi fuegos artificiales que formaron las palabras "¿Te gustaría ir al baile conmigo?". Siempre había sabido que Draco era dramático, pero nunca lo había visto llegar hasta ese punto. Y me encantaba. Todo eso, no tenía idea de que había estado planeando tantas cosas durante ese día, no creía que se fuera a tomar la molestia. 

Asentí, incapaz de formular una oración coherente. Eso era mucho más de lo que había esperado. Me lancé a su cuello, abrazándolo y dejando pequeños besos por toda su cara. Vi cómo sonreía y pasó sus manos por alrededor de mi cintura, acercándome más.

Al día siguiente, después de clases, Morrigan, Mia y yo buscábamos a los gemelos para devolverles su cuaderno.

–...y había velas y flores –estaba diciéndoles mientras caminábamos por el pasillo–, y me preguntó con fuegos artificiales.

–¿No es un poco mucho? –preguntó Mia.

–Si, creo que si –dijo Morrigan.

–No sé, a mi me gustó –dije.

–Yo habría salido corriendo –dijo Mia, justo antes de que nos cruzarámos con los gemelos.

Los encontramos caminando por un pasillo cerca de la torre de Gryffindor, parecían estar muy ocupados leyendo largos pergaminos y susurrando. Tenía la sensación de que esos pergaminos no tenían nada que ver con tarea.

–Como prometí –dije, devolviéndoles su cuaderno.

–¿Funcionó? –preguntó uno, mientras el otro volvía a los pergaminos.

–Si –respondí, aunque no iba a decir nada más. Sabrían que Draco me había invitado eventualmente, pero no necesitaban los detalles.

–Tal vez deberíamos hacer cosas así más seguido, Fred –dijo el que estaba mirando a los mapas.

–La cara de Malfoy vale la pena, George.

Y, tras decir eso, volvieron a concentrarse en planear lo que sea que estuvieran planeando. Escuché algo del baile, e hice nota mental de no acercarme a los gemelos aquella noche. Parecía ser el momento perfecto para hacer una broma, solo esperaba que yo no fuera el blanco.

–¿Ya saben que se van a poner? –preguntó Morrigan, mientras nos dirigíamos hacia la biblioteca para terminar algunas tareas que nos habían quedado pendientes.

–No, creo que no tengo nada –dije, intentando pensar en algo que no hubiera usado en otra fiesta.

–Podríamos ir de compras a Hogsmeade el fin de semana –sugirió Mia.