Siempre lo mismo... (Drarry/Harco)

Tuyo y mio

A través de los oscuros pasillos y profundos pasadizos de las mazmorras del colegio de magia y hechicería, se encontraban reunidos un grupo de Slytherins en medio de la fría y sombría sala común de esa misma casa.

Ya adentrado la noche, los compañeros se reunían alrededor de una mesa donde se encontraban diversos libros para cada uno, algunos disfrutando de su lectura, otros no tanto debido a sus tareas. Al rededor de esa mesa se encontraban sillones de diferentes anchos completamente ocupados por los estudiantes.

En un sillón individual se podía apreciar la figura de una pelinegra, cómodamente sentada con una pierna recogida por debajo de su cuerpo, y un libro y pergamino sobre su muslo y ampolla brazos del asiento. En otro de tres plazas se hallaban dos chicos robustos, que no parecían darle mucha verdadera atención a los trabajos frente a ellos. Seguido a ese había otro sillón de dos plazas, con un chico moreno releía constantemente la materia que seguía sin comprender y otro a su lado leía tranquilamente el libro en sus manos.

En el último sillón se encontraba una figura de cabellos profundamente oscuros recostada a lo largo de este, tomando tranquilamente un descanso, con su cabeza cómodamente arrecostada en el regazo de un relajado rubio, que se concentraba en su lectura, mientras que con la mano libre, que no sostenía su libro, acariciaba lentamente los cabellos del mago recostado en su regazo.

-Aggmmmhhh - se quejaba un moreno, siendo nuevamente ignorado por sus compañeros. - En serio... No se que poner en el ensayo... Por que maldiciones ustedes no están haciendo nada como el resto? - Hablaba frustrado viendo a la cómoda y tranquila pareja, que calmadamente lo ignoraba, sobre todo Harry, que parecía dormir profundamente. El rubio sin embargo, al saberse continuamente fulminado por esa mirada, rodeo sus ojos otorgándole a Blaise un gesto obviedad.

-Nosotros ya terminamos los deberes de las clases de esta semana, a diferencia de otros los hacemos apenas los entregan para no estresarnos después... Como tú. - Le regalo una sonrisa sabio da antes de continuar ignorándolo para seguir con su lectura, encontraba ese libro bastante interesante, una historia muggle La suerte de los ladrones, si había algo que podría llegar a reconocer de los muggles, son sus escritos.

Mientras Draco se perdía nuevamente en su libro, el Moreno volvía a quejarse con el resto de sus compañeros, consiguiendo realmente poco, o nada, de los mastodontes a un lado suyo, un regaño y queja por parte de Nott, que quería leer en paz y la risa por parte de la única chica del grupo.

-Haaahh, que envidia me dan cuando andan así... - comentó la pelinegra, cambiando de tema, observando a la pareja que compartía un sillón. - Literalmente hacen todo juntos, incluso estudiar, apuesto que se ayudan entre ellos... Que envidia... Yo también quisiera salir con mi crush de toda la vida. - comento como si nada, sin saber el peso de sus palabras. Hasta que noto como tensamente el rubio bajaba el libro que leía y la veía atentamente, en una amenaza silenciosa. Rápidamente la chica desvío su mirada hacia el azabache recostado, notando que este no daba pista de haber dado atención a sus palabras. Sonriendo le después en disculpa al rubio, que simplemte le dio un gesto de advertencia, tratando de ocultar su sonrojo y nerviosismo, sabiendo que cualquier mínimo cambio Harry sería capas de notarlo.

Todo estaba bien hasta que todos notaron como en un movimiento abrupto, Harry abría los ojos, y dirigía su mirada hacia el fondo, a un contado de la sala, por detrás de sus compañeros, mientras estos observaban su mirada, que parecía brillar, después de un momento, aún recostado suspiro volviendo a relajarse y cerrando nuevamente sus ojos. Entre los presentes intercambiaron miradas interrogativos, sin embargo, antes te que cualquiera pudiera formular una pregunta, oyeron un sonido sordo y unos jadeos, para luego escuchar pasos apresurados alejándose.