Susurró su secreto a unas viejas ruinas de Tailandia. Estaba solo, en un silencio que sólo era roto de forma ocasional por el piar de las aves. Era perfecto, porque ahí nadie encontraría aquello que había ocultado por tanto tiempo.
Acarició la vieja roca en la que plantó sus palabras y cubrió el hueco con una mezcla de lodo y hojas. Miró el resultado por unos minutos, en espera de que algo sucediera.
El alivio no fue inmediato, no como había imaginado que sería. La historia había sido encerrada, pero sus recuerdos permanecían intactos en su cabeza. Sehun, Sehun, Sehun.
Se preguntó si algún día podría olvidarlo para continuar con su vida. Porque no importaba si había huido, su corazón no había dejado de latir por él. Intentó salir con otras personas, pero ninguna logró despertar ni un poco de afecto. Tal vez tenía que darse por vencido, entender que hizo una promesa silenciosa sin darse cuenta, una que cumpliría hasta el final de sus días de la forma en que jamás pudo hacer con su matrimonio.
Quizá en otra época y en otro lugar, ambos habrían sido felices. Estarían juntos, amándose sin ninguna atadura.
.
—¡Cuánto tiempo!
La mujer se tomó el atrevimiento de fundirlo en un abrazo, incluso si no era lo apropiado. Él no se atrevió a apartarla, eran viejos conocidos después de todo.
—Quince años.
—¿Y su esposa? Todavía la recuerdo muy bien. Era una mujer encantadora.
Sehun compuso una pequeña sonrisa, la cual se esfumó de a poco hasta convertirse en una mueca.
—Nos separamos —La mirada de la mujer fue una silenciosa interrogante que él no pudo ignorar—. Ella viajaba demasiado, y yo no quise mudarme a Japón cuando me lo pidió.
—Qué pena. Hacían una hermosa pareja —Acomodó el cuello de su camisa de forma cariñosa—. ¿Tuvieron hijos?
—No —Ninguno lo deseó, no cuando ambos estaban enamorados de otras personas. Traer un hijo al mundo sólo habría complicado las cosas. Además, Sehun no volvió a tocar a su esposa después de estar con Yixing.
—Supongo que fue lo mejor —suspiró la mujer—. ¿A dónde fue usted entonces?
—Beijing.
—Caótico lugar.
Sehun no pudo estar más de acuerdo con aquella afirmación. Era una ciudad enorme, donde no pudo encontrar ni un rastro de Yixing cuando intentó hacerlo.
—Tenía cierto encanto —recordó.
—Y ahora está aquí.
—Siempre me gustó este lugar.
—Me alegra que haya vuelto. No sabía qué haría con esto —Señaló las paredes del departamento, que a pesar del tiempo no habían perdido ni un poco de su color. Sehun las recordaba bien, a pesar de las contadas veces que se escabulló a la habitación de Yixing.
—¿Dónde está su esposo?
—Nos mudamos, cariño. Por ello hemos pensado en dejar de rentar este lugar y venderlo. Es costoso mantenerlo cuando no hay nadie aquí.
Sehun avanzó por la estancia para acercarse a la ventana. Desde su posición pudo contemplar la calle, aquella que era más transitada y bulliciosa en comparación con quince años atrás, pese a ello, la vista todavía era hermosa. Siempre envidió eso, aunque jamás se lo dijo a Yixing. En su antiguo departamento la única ventana estaba en el baño, diminuta, sólo esencial para una buena ventilación.
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Mood for love [SeXing]
Fanfiction❝Estoy de humor para el amor, simplemente porque estás a mi lado.❞ *60s AU *Capítulos cortos *Historia corta *Basada en la canción de Bryan Ferry y en la película de Won Karwai.