Capítulo 9

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La mañana había llegado, la fiesta terminó y a causa de la huida de Jimin, tuvieron que posponer lo del anuncio de las parejas de los príncipes, siendo así que el Rey anunciara el siguiente decreto.

- Mañana al amanecer partiré al pueblo en busca de aquel plebeyo que le quede a la perfección este zapato, quien encaje en el vendrá al palacio y se volverá parte de la corte real. Cuando el sol se oculte aquel joven será anunciado al pueblo -

Todos los jóvenes del pueblo estaban ansiosos por la llegada del rey a sus casas, todos preparando una buena comida, fruta o agua, todo dependiendo de que estuviera a sus alcances, querían tratar al rey como era merecido.

Y tal como el decreto fue anunciado, el Rey partió en conjunto con sus guaruras, iba a recorrer todas las casas del lugar, hasta aquel hogar más recóndito.

Recorrió casa por casa dejando que los hombres se probaran aquel diminuto zapato bordado de oro puro, todos los que lo veían se sorprendían ante lo hermoso que era el calzado y a la vez lo diminuto que era, nadie podía creer que un hombre fuera el poseedor de aquel zapato.

La noche se aproximaba y aquel joven no aparecía. Asa que uno de los ayudantes reales tuvo la idea de ir con el costurero del pueblo, tal vez él había creado tan hermoso zapato o al menos conocería al joven del pie tan chico, así acortarían tiempo.

Llegaron con el costurero quien se encontraba arreglando un vestido de alguna pueblerina, en cuanto vio aquellos caballos posicionarse frente a su local cosa que llamo su atención hasta ver al rey entrar con él, tragó en seco y se puso de pie acercándose al Rey, se inclinó formalmente en forma de respeto.

- Mi querido Rey, quiere algo, no tengo mucho en casa, pero puedo darle un vaso con agua, debe estar cansado, ¿quiere sentarse? -

- No te preocupes por eso. - Respondió con una amable sonrisa en su rostro -Solo quisiera que inspeccionara el zapato que estamos llevando a probar, a ningún joven le queda y quería saber si tú lo hiciste. -

- Claro que sí, yo puedo verlo. - Rápidamente el ayudante real sacó el calzado del bolso bordado que traía y se lo entregó a aquel costurero. El hombre al ver el diminuto zapato rápidamente recordó a aquel bello joven al que había visitado para hacer la ropa de su madrastra y hermanos quienes eran realmente crueles con él.

- Claro que sé a quién pertenece, el único chico con el pie más chico que había visto, vive en una casa algo retirada de acá, no sé si conozca los cultivos de manzanas, aquellos que son gigantes y no se vende ni una sola manzana desde que la mujer del dueño falleció. -

- Yo lo conozco. - Respondió el hombre que había entregado el zapato. - Muchas gracias por su ayuda señor, aquí tiene. - Le entregó veinte monedas de oro al señor y salieron de aquel lugar partiendo hacia los cultivos mencionados con anterioridad.

No pasaron muchos minutos cuando llegaron a aquella casa hermosa que había cerca de los cultivos, dejaron sus caballos y se aproximaron a la entrada

La madrastra de Jimin ya esperaba la llegada del Rey así que había ensuciado la cocina para que el estuviera ocupado todo el día limpiando y no saliera cuando el Rey llegara, sabía que no había ido a aquella fiesta, pero aun así no quiso que tuviera la oportunidad de probarse aquel calzado.

Al escuchar la llamada de la puerta rápidamente abrió y les permitió la entrada a su hogar con aquella sonrisa tan falsa que tenía, sus hijos ya se hallaban sentados en la sala esperando con una gran sonrisa para ver quién sería el nuevo príncipe.

El Rey al ver los dos chicos, rubios y de ojos claros supo que era el lugar correcto, entró y se sentó en uno de los sillones viendo como su ayudante real sacó el zapato, la mujer al ver lo diminuto que este era tragó en seco y tuvo una idea.

Cinderella Guy ||Yoonmin [+18] (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora