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April y yo coincidíamos en muchas clases.

La suerte definitivamente no estaba de mi lado. Cuanto más quería evitarlo más se ven a estaba. Y no tienen idea de cuánto dolía en mi conciencia contenerme las preguntas.

El problema era dónde se sentaba: En historia al frente mío, en química era mi compañero de puesto, al igual que en biología. En francés se sentaba a un costado y así en unas dos materias más.

Estaba ocupando el lugar de Haden.

Cuando entramos a clase nadie quiso sentarse cerca mío. Yo seguía de luto y según los profesores ellos querían darme mi espacio al igual que mis compañeros; según yo simplemente no me querían cerca y como no sabían cómo lidiar conmigo preferían apartarme y mantenerme lo más lejos posible.

Por ese pequeño detalle a April le tocó sentarse cerca de mi. Cuánto más lo evitaba y deseaba tenerlo lejos más cerca estaba.

No podía evitar al mirarlo pensar en Haden. A veces imaginaba que era él y como siempre mi burbuja reventaba cuando algo me traía de vuelta a la verdad, tal vez cuando al preguntarle su nombre de sus labios salía April y no Haden.

Era difícil.

Una vez más pude comprobar que su actitud era diferente a la de Haden.

Él era mucho más impotente, un poco altivo y liberal. Desafiaba a todos con su forma de ser, pensar y de hablar de manera inteligente, lo hacía diferente al resto.

Sobrepasaba a muchos con su personalidad e inteligencia. Sé que lo he dado a entender todo el tiempo; April más que nada tenía todo para ser un líder.

Habían pasado solo un día de su llegada a clase y casi la mitad de la ciudad ya estaba al tanto. La gente hablaba de ello en cada rincón. Era el tema del momento. Debía sentirse fastidiado con todos los ojos que llevaba a diario sobre él, al menos yo me sentiría así. Con la miradas curiosas que dicen más de lo que se atreverían al abrir la boca.

Algunos estudiantes se acercaban a él para armar plática y al notar que era diferente a quien realmente pensaron que era empezaron a especular teorías y rumores sobre él.

Unos decía que posible el gobierno ruso había robado su cadáver y habían encontrado la forma de traerlo a la vida, le lavaron el cerebro para que fuera un espía, para infiltrarse y robar la mina, y que decidieron regresarlo a que terminara la secundaria y así no levantar sospechas.

Una gran imaginación tenían los estudiantes del Walcott V. pero sus especulaciones no eran más que absurdas.

De tantas teorías la que realmente me podía forzar a creer, que él realmente no había muerto y solo se habían equivocado con alguien parecido y se había fugado con alguna novia escondida.

Aunque me costaba creer parte de ese rumor, porqué el no era ese tipo de chico, era de la clase de los que catalogan como callado y simple. Hayden no llamaría la atención de tal forma.

Sin embargo lo único que me importaba era eso.

Que fuera él.

Pero sentía que no era posible.

Ese día estábamos en clase de química. El estaba sentado a la mano izquierda, al lado de la ventana y yo a la derecha. No pude contenerme y miré cada detalle, cada rastro visible de su piel.

Todo era igual.

Era extraño, tenía en mismo lunar en el pómulo derecho. Su expresión de confusión al no entender algo. Todo indicaba a que era él o debieron crearle un clon.

El Precio de lo InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora