(Narrador: Christine)
Habían pasado unos cuantos días desde nuestra visita a Hogwarts y desde que entré a trabajar en Borgin y Burkes. Lo cierto es que odiaba estar en aquel lugar. La mayoría del tiempo entraban brujas de diferentes edades, sin interés alguno por comprar artículos de la tienda, sino que solo venían para ver a Tom y para coquetear con él, lo cual me sacaba de quicio. Parecía que todas estaban bajo el influjo de la amortentia.
Se supone que mi objetivo era engatusar del mismo modo a los hombres, con el fin de obtener alguna información que nos fuera de utilidad. Sin embargo, yo no tenía un don para la persuasión tan desarrollado como el de mi esposo, y tampoco es que disfrutara manipulando a los demás, pero él sí que lo hacía, creo que así se sentía superior a todos.
Esa mañana entró en la tienda la mujer a la que menos soportaba... Hepzibah Smith. Era una señora mayor, de entre unos 60-65 años, regordeta, con el cabello rojizo, siempre peinado de una manera muy exagerada, al igual que el maquillaje que lucía en su rostro. Iba repleta de joyas de oro, vestida con pieles caras y emitiendo un fuerte olor a perfume.
Solía venir una o dos veces a la semana a comprar objetos caros y, por supuesto, a hablar con Tom. Realmente me producía mucho asco el hecho de que esa vieja ricachona intentara ligar con mi esposo. Me enojaba que las demás mujeres lo hicieran, pero entendía que un joven apuesto y aparentemente soltero, resultara muy atractivo entre las chicas jóvenes. Sin embargo, esa señora triplicaba la edad de Tom, este podría ser su hijo.
La mujer cerró la puerta y fue directa hacia el mostrador, donde se encontraba mi marido. Yo estaba al otro lado de la estancia, ordenando unas estanterías, pero muy pendiente de la situación.
- Hola Tom, es un placer volver a verte.- saludó Hepzibah con una sonrisa.
- Lo mismo digo señora Smith.- respondió él cortésmente.
- No me digas señora Tom, haces que me sienta mayor.-
- Es que lo eres.- susurré muy bajito para que no pudiera oírme.
- ¿Qué te parecen las nuevas pieles que me he comprado? ¿No crees que resaltan mi figura?- dijo contoneándose.
- La hacen lucir excepcional, como siempre.-
- ¡Ay Tom! - rió ruidosamente.- Tú siempre tan caballeroso, de verdad que no entiendo cómo puedes estar soltero.-
- Me temo que mi mayor interés reside en el trabajo.- contestó él.
- Oh, seguro que no has encontrado a la mujer adecuada.- soltó guiñándole un ojo.
El asco y el coraje que me estaba dando era tan grande que, sin querer, estallé un pequeño jarrón que tenía entre mis manos. Al instante, Tom y la señora Smith se quedaron mirándome.
- Espero que no fuera demasiado caro, porque no creo que alguien como tú pueda permitise pagar una antigüedad, ¿no crees Tom?-
- No todos somos tan ricos como usted señora.- contestó con una mueca.
- Oh, disculpame querido, no quería ofenderte.- se apresuró a decir.- Lo cierto es que no entiendo por qué habéis contratado a esta chica, se ve que no tiene ningún tipo de idea.-
Me estaba faltando poco para ir hacia esa vieja del demonio y darle un buen puñetazo en la cara. Había tenido que aguantar muchas cosas en mi vida, pero esto ya sí que no lo iba a permitir. Tom parece que me leyó la mente porque en seguida añadió:
- Porque es muy bonita.-
Me quedé en shock. Por un momento pensé que esa mujer se iba a desmayar o incluso que iba a lanzarme la maldición letal o algo. A decir verdad, no pude evitar soltar una pequeña carcajada.
ESTÁS LEYENDO
El Heredero: el Reinado de la Oscuridad.
FanfictionAño 1952. Han pasado siete años desde que Christine se marchó de Hogwarts, y el nuevo nombre que ha adoptado Tom, Lord Voldemort, empieza a ser muy temido en el mundo mágico debido a los numerosos asesinatos y altercados que producen sus fieles segu...