Capítulo 5

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El amor es como una flor; la amistad, es como cuidar un árbol.

(Samuel Taylor Coleridge)

(Samuel Taylor Coleridge)

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Capullos frágiles.


— ¿Entonces qué ocurre, doctor? —cuestionó la señora Woo Hee sentada junto a su hijo al frente del médico especialista. Este tenía un rostro impasible mientras sus manos estaban entrelazadas encima del escritorio.

—Quizás quieras salir de la habitación, BaekHyun —dijo el doctor, a lo que Baek se sintió ofendido.

—No —respondió en seco—, lo que sea que diga quiero escucharlo.

El doctor Park le miró y suspiró sin más, asintiendo.

—Tus síntomas indican que el cáncer está llegando a su etapa terminal —murmuró, la señora Woo Hee se tapó su boca con la mano—, sin el tratamiento, Baek, vivirás un par de meses cuando mucho. ¿De verdad sigues sin querer entrar en terapia?

Baek tomó aire con dificultad, sentía que un nudo se formaba en su garganta.

—Así es —afirmó para el pesar de su madre, quien lloraba sin poder evitarlo—. Unos meses son... suficientes para mí.

El doctor cerró sus ojos recostándose contra el respaldar de su silla giratoria y volvió a suspirar.

—Entonces no hay nada que hacer, Baek.

Una sutil sonrisa se pintó en sus labios, tranquilo. 

 —Estoy consciente de ello.

La consulta finalizó luego de aquello, aunque el doctor no pudo dejarlos ir sin recetarle al muchacho algunos medicamentos y vitaminas para que las toses fueran menos frecuentes y Baek pudiese seguir en pie. Su madre con ojos rojizos no hablaba, estaba dolida. En silencio caminaron de regreso donde se detuvieron en el mercado para comprarle a Baek su álbum de fotos, el cual no se llenaría sino hasta días más tarde. Ya que estaba en el mercado decidió visitar a Jongin, quizás verlo lo alegraría un poco, pensó.

Deambuló por el pasillo floreado arrastrando el carrito detrás de él, y fue entonces que observó a KyungSoo saliendo del puesto de JongIn. Decidió esconderse para darle una sorpresa. Lo observó parado unos pasos más adelante del puesto con una maceta en su mano izquierda donde reposaba un hermoso girasol. El mayor apretaba la maceta contra su pecho y sonreía sin prestar mucha atención a su alrededor, su rostro parecía iluminado y sus ojitos brillaban con una emoción innegable. Baek sentía curiosidad de porqué su amigo estaba así después de salir del puesto de Jongin, hasta que algo hizo clic en su cabeza y se dio cuenta de lo que sucedía. 

Ah, entonces es eso... —pensó mientras sonreía con cierta tristeza y se ocultaba rápidamente para no ser visto por su amigo, quien pasó sin percatarse de su presencia.

Gardenias, cerezos y girasoles. - KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora