Capítulo 9

276 46 29
                                    

No tendría valor el firmamento
sin las flores de cerezo
que se lleva el viento.
(Alejandro Jodorowsky‏)

El renacer de las flores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El renacer de las flores.


El funeral se llevó a cabo en poco tiempo. 

Ese día todo el vecindario estuvo reunido en la casa del muchacho que todos recordaban como una persona feliz a pesar de su padecimiento. Fueron chicos y chicas de la secundaria donde estudiaba Baek, la familia de Jongin incluyendo a Minho y Taemin quienes lloraban desconsoladamente y la familia que quedaba de parte de la madre de Baek, pero sin rastro alguno de la familia paterna. La señora Woo Hee estaba devastada, siendo HaNeul quien trataba de compartir su dolor, pues Baek también había sido como un familiar y jamás le pudo expresar lo agradecida que estaba por ser el primer amigo de su hijo.

KyungSoo y Jongin yacían juntos, sentados en silencio mientras la ceremonia se llevaba a cabo. Ambos derramaban lágrimas constantemente, pálidos y sin probar bocado desde que BaekHyun murió delante de ellos. Había sido una experiencia traumática para los dos, demasiado como para poder pensar en otra cosa.

Cremaron a BaekHyun siguiendo la tradición y su madre se llevó las cenizas junto con ella de vuelta a la ciudad. Dejaría la casa casi intacta, siendo demasiado doloroso para ella el deshacerse de las cosas de su hijo. Le dijo a KyungSoo y a Jongin que, si no era mucho pedir, se hicieran cargo. Los dos muchachos asintieron y por última vez, se despidieron de los restos de la persona que había sido tan importante para ellos.

La habitación de Baek parecía desolada por la ausencia del menor. Habían entrado allí tantas veces que no podían evitar recordar aquella dulce sonrisa, sus ocurrencias y sus bromas que alegraban sus días más oscuros. Era demasiado doloroso para ambos entrar en ese sofocante ambiente. Tardaron varios días para poder organizar todo porque siempre salía alguno de la habitación necesitando aire y tiempo para dejar de llorar. Sus interacciones eran breves y precisas, que no iban más allá de miradas tristes y evitando el contacto físico, pero aun con el deseo de un abrazo atrapado en sus lastimados corazones. 

Ordenaron las cosas en cajas y decidieron que la ropa sería donada mientras KyungSoo se quedaría con los libros y Jongin con sus discos de música.

Uno de aquellos días KyungSoo se encargó de revisar la mesa de noche. Al abrir la primera gaveta se encontró varios cuadernos, que al ojear uno de estos de inmediato supo lo que eran: los diarios de vida del pequeño Baek. Estaban enumerados y algunos parecían viejos y desgastados, haciendo notar que tendrían más de un par de años encima, mientras que los otros estaban en mejor estado. Sonrió con nostalgia y los presionó contra su pecho, para después tomarlos todos y guardarlos en la caja junto a los libros. Se tomaría el tiempo de leerlos. Estaba seguro de que Baek se tomó la molestia de escribir sus memorias para que alguien más las leyera, porque no quería ser olvidado. Limpió sus lágrimas y con ayuda de Jongin regresó a casa. 

Gardenias, cerezos y girasoles. - KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora