Parte 27: La conclusión

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Lola y Lincoln siguieron con la misma rutina por varios años: Concurso, embarazo, descanso. Lisa, quien era la única que sabía la verdad, era la que más pendiente estaba de su sobrina. La científica iba a ser la encargada de cuidar a sus sobrinos cuando ambos padres estuvieran ocupados, pero eso a Lisa no la molestaba. Para empezar, Lisa descubrió que adoraba ser niñera. La divertía mucho enseñarles cosas básicas a sus sobrinos. Leia, Silvia, Bianca, Zarya y Marcus eran muy unidos a su tía y amaban a su padre, pero a quien querían de verdad era a su madre. Por alguna razón, las chicas eran copias casi idénticas de Lola. El único que se parecía en verdad a Lincoln era Marcus, pero a pesar del parentesco, nadie lo percibió. Hubo sospechas en la familia, pero como muy bien insistieron Lisa y Lola, fue una simple coincidencia de la inseminación artificial. Lisa zanjó el asunto al proporcionar una prueba de paternidad falsa, y nadie cuestionó más el asunto.

No solo por ser la que mejor protegió a esa pareja, sino porque también fue la que estuvo a favor de ellos desde el principio, Lisa fue la hermana predilecta de la pareja. Lincoln y Lola no cesaban de agradecerle a Lisa toda su ayuda y esfuerzo. Los niños se alegraban cada vez que su tía Lisa parecía en la puerta. Y cada vez que podía, M.O.N.G.O., reincorporado a su forma original, dejaba que los niños jugaran con él. Lisa asistía feliz a esa casa, pues casi nunca se había sentido tan a gusto con la gente. Además, ella estaba tan acostumbrada a ese tipo de situaciones por sus pláticas con Z, que hasta esperaba que en algún momento alguna de sus versiones alternas llegara para charlar con ella.

Leia era casi igual a Lola en todos los aspectos. Lo único que podía distinguirla de la imagen joven de su madre era que prefería un cabello ondulado terminado en dos enormes coletas. Sus demás hermanas también se parecían a Lola, pero tenían ciertos aspectos de actuar, además de uno que otro rasgo físico, que recordaban a Lincoln. Marcus sí que se parecía a Lola, pero sacó el cabello de su padre.

Cierta mañana, Leia despertó bastante temprano, abrumada por ciertas presencias a su alrededor.

- ¡Feliz cumpleaños!

En su cumpleaños número doce, Leia amaneció con su familia rodeándola con regalos. La cínica pero agradable forma en que agradeció los regalos trajo recuerdos a sus padres. Los panqueques que desayunaron acompañados de pastel fue la mejor comida que Leia hubiera probado jamás. En la fiesta que siguió, Leia vio que Silvia, Bianca y Zarya jugaban con M.O.N.G.O., subiéndose a él y resbalándose por su espalda. Sus familiares cantaban y bailaban al son de la música que sus tías Luna y Sam tocaban. Estas dos últimas guiñaron un ojo hacia el grupo de Luan, Maggie y Carol, quienes se sonrojaron al recordar la vida que las cinco vivían juntas.

Lori las miró y negó con la cabeza, divertida. Se acariciaba el vientre, lleno del cuarto hijo que tuvo con Bobby. Leni y Lynn vivían la vida loca como solteras, exitosas como modista y deportista, respectivamente. Lily terminaba su carrera como diseñadora de videojuegos, pues las ideas que tenía revolucionaban la industria. Lucy era reconocida como una de las mejores animadoras del mundo, además de que llamaba la atención con su miniserie de vampiros. Lana estaba embarazada del segundo hijo que tuvo con su esposo, ese chico que conoció en esa tan lejana, horrorosa, pero en retrospectiva, vital fiesta que ocurrió años atrás. Esa fiesta que había comenzado todo.

Lisa supervisaba a M.O.N.G.O., consciente de que el chiquilín podía emocionarse y causar un alboroto, pero el proyecto y protector del mundo parecía estar cómodo en su elemento. Lisa recibía millones semanales solo por tener a su creación a la vista del mundo. Los múltiples laboratorios alrededor del globo presentaban resultados casi diarios. Lisa tenía millones de personas a sus órdenes.

Lincoln tenía ya cinco libros publicados, a los que respondía por un seudónimo, y nadie sabía en realidad quien los mandaba. No era muy reconocido, pero lo suficiente como para sentirse satisfecho. Además, el albino encontraba toda la felicidad que encontraba en casa.

A quien amo... Es a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora