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Valentín, Daniel, Manuel, Mateo y Agustín se encontraban sentados en el parque, tomando mate mientras hablaban pelotudeces o se reían de la gente que pasaba, o se caía.
-Imaginate hacer ejercicio -murmuró Mateo mientras miraba a una chica correr-. Me cansé de solo pensarlo.
-Sos un vago -lo molestó Manu-.
-Mira quien habla -respondieron los otros cuatro al mismo tiempo-.
Manuel y Mateo ya habían aclarado las cosas, quedaron en ser amigos pero exclusivos.
Valentín y Daniel estaban en lo mismo solo que no lo habían hablado, lo hacían sin saberlo.
Agus tenía salud, y un perro golden hermoso.
-Me re bajo el sueño -habló Valen bostezando-. No dormí en toda la noche por el trabajo de la de biología, vieja forra.
-Ay bebé, pero si eso te dije que ya lo había hecho, me lo hubieses pedido -le respondió Dani, jugando con los dedos de las manos de Valen-.
-Igual lo terminé como el genio que soy, me amo.
-No soy arrogante dice el bobo después -jodió Agus-.
-No es arrogancia es ser sincero, rey -le respondió apoyando su cabeza en el hombro de Dani-.
-Agus, ¿Viste que Manu y Teo se van a casar? -empezó a molestar Dani-.
-¿Posta? Ay si, yo la veía venir -le siguió la joda-. ¿Los hijos, para cuando?
Mateo y Manuel ya no se molestaban con esos comentarios, solamente se ponían rojos y empezaban a abrazarse entre ellos para ocultar su nerviosismo.
Dani y Agus se quedaron hablando de la hermosa pareja que hacían sus amigos.
Y Valentín seguía con su cabeza apoyada en el hombro de Dani mientras lo miraba, le encantaba ver sus expresiones faciales; cuando hablaba, cuando se reía, cuando ponía cara de enojado o sus muecas raras. Cada vez iba pestañeando con más pesadez, debido al sueño, no fue hasta que escuchó su celular sonó.