Con Amor Luca © [✔]

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Di que si, di que si...

Por favor Maryen responde, no me dejes con la duda en el aire.

—Yo...em...no, no se que decir. Es mucho por procesar.

—Lo sé y lo entiendo, no digo que accedas pues tú eras la que decide pero, por favor dime a por lo menos que lo pensaras.

—Em...bueno, supongo que si. Lo pensaré Luca. Pero no me vayas a presionar— me señala con su dedo índice.

—No, tu tranquila. Lo haré de una manera sutil. Y los más lindo y tierno posible.

— No empalagues...—rueda sus ojos.

— Si, si lo siento. Pero dime Maryen — hago una reverencia, levanto la cabeza y la miro directamente— Me permites ganar de nuevo tu corazón. Si aceptas prometo cuidarlo y protegerlo de todo y todos, incluyéndome claro. ¿Aceptas?

—Luca yo...— parece pez fuera del agua al balbucear tanto, espero sea afirmativa tanta balbucedada,bufa —Esta bien, acepto. Pero con unas condiciones.

— ¿Unas? ¿Por qué tantas?

—Ni siquiera te he dicho cuales. No seas chillón.

—Bueno, dime— por favor que no sean tantas.

— No seas tan... Empalagoso.

—Muy bien.

— Si llegamos a salír debes dejarme en casa temprano.

—¿Entonces aceptaras citas?

–Dije "si llegamos", no "cada que salgamos".

—Está bien...¿Algo más?

—Em... No creo.

— ¿Solo eso? Hum... Pensé que serían más.

— Si lo se... Soy mala ideando planes, estableciendo condiciones,  casi en todo. Pero con las que dije, esas no se rompen.

—Lo que tú digas jefa— hago un saludo militar.

—Bueno, ya me voy a estudiar. Chao.

— Adiós, cuídate.

Cuando el autobús arranca, deja su humo en todo mi rostro. Hay mucha gente viéndome raro... ¿Tendré un moco? ¿Tengo algo en los dientes? Tanteo mi nariz, y mis dientes. No, no tengo nada.

Camino despacio hacia mi casa, ideando como haré para reconquistar a Maryen. ¿Como?  ¿Como?...

Ya sé...

*****
Ahí esta... Me acerco como un predador a punto de cazar a su presa. Que bella se ve. Perfecta. Hablo a su oído.

—Hola bella damisela.

—¡Ah! Maldición Luca—posa su mano en el corazón —¿Que te pasa?  No puedes ir por allí hablándole a la gente en el oído como si nada. Pudiste haberme matado de un infarto.

— Jajajaja lo lamento, pero te encontré por aquí y quise saludarte, y de paso dejarte algo. Ten.

Le extiendo una nota... Si, como empezó todo.

—¿Así que una nota eh?

—Sip... Así fue como empezó todo esto ¿no?

—Bueno, es algo que ya lo veía venir.

— Lo lamento, pensé que sería no se... Lindo.

—Tranquilo, esta bien.

Mucha gente me ve raro... Otra vez.