Fortaleza. [Katsuki Bakugou]

Cambios Para Bien.

10 meses después.

La mañana adornaba la atareada ciudad de nuestros héroes, era perfecta para un día en la playa o simplemente salir al cine con tus seres queridos.

Claro, si dormir estuviera en tu vocabulario.

Aizawa mantenía su ceño fruncido frente a la laptop que aseguraba él, tenía algo en su contra, aunque sus hijos le dijeran lo contrario.

Eran las putas 6:00 AM y no siquiera cerro los ojos por cinco minutos.

Estaba muerto.

Cuando estaba a punto de lanzar el aparato por la ventana (como la anterior), una humeante taza fue puesta enfrente de él.

--- ¿Café?--- murmuró Katsuki con una ligera sonrisa, sabiendo que no se negaría.
--- Gracias.---

--- Shinsou y yo nos iremos ya a la academia, llevaremos a Eri con nosotros.--- aviso comenzando a recoger varias de las camisas que esté tenía regadas por ahí.

--- ¿Otra vez?... Deja de hacer eso, ya te dije que lo haré yo.--- comento tratando de detenerlo.
--- Si claro.--- pronunció sarcásticamente colocando todas las prendas en el cesto, para después seguir limpiando como loco.

--- Hey- Ya- No sigas- Lo haré-

--- ¡Katsuki!--- está vez, el cenizo si se detuvo, con cuidado, miro al pelimorado y después al suelo.
--- ... ¿Lo hice de nuevo?--- asintió.

Limpiar las cosas de otros no es necesariamente malo, pero teniendo en cuenta como Katsuki fue criado, les dolía verlo así.

No querían que fuera como su madre.

--- Eh, lo siento.--- se inclino hacia el mayor quien dio un suspiro y acarició su cabellera.
--- Solo ve a alistarte, yo terminaré aquí.---

--- ¡Kat! ¡Kaaaat!--- la peliceleste entro corriendo al lugar, haciéndose pasó entre las piernas de Shinso.
--- ¿Te puedo peinar? ¿Si?--- infló sus mejillas inconscientemente, ¿Quién podía decirle que no a esa niña? Exacto, nadie.

--- Está bien, está bien.--- realmente, su cabello era muy rebelde, las banditas se destruían de un momento a otro y volvía a ese aspecto explosivo, pero la de cuerno en su frente adoraba ver aquello.

--- ¿Ya se van?--- el mayor se dedico a limpiar el lugar, olía a algo muerto, de seguro sus gatos ya habían hecho de las suyas.
--- Si, Eri nos dijo que quería venir con nosotros para visitar a la clase de Kats, no sabes que emocionada está.--- tallo su cuello con suavidad.

--- Está bien, solo cuídense en el camino, y si ves a la señora Bakugou-

--- Darle una patada, ya se, ya se.---

--- Iba a decir que usarás tu Quirk... Pero funciona de todas formas.--- el menor asintió, saliendo del cuarto para dejarlo solo.

Shouta sonrió.

Cuántas cosas habían cambiado en este tiempo.

Las ojeras que el chico tenía ya habían desaparecido casi por completo, el cenizo era más amable con los demás y Eri era por fin la niña que debía ser, inocente y feliz.